Previo
Una Historia de Riqueza y Pobreza, por John P. Powelson.

Capítulo 8

África: Guerra, Esclavitud, Colonialismo y Leyes

 

Guerra y Violencia

Pero fundamentalmente, era una guerra endémica, librada por milenios en todas las partes del continente [africano] que estableció la norma del estado fluido territorial. . . . La guerra misma y la preparación para la guerra resumía el propósito de la vida masculina. [1]

La misma cita se hubiera aplicado al noroeste de Europa o Japón en la Edad Media, ya que la guerra era un medio legítimo para resolver conflictos en ambas regiones. El cambio en Europa fue gradual: la resolución de conflictos fue transferida a través de los siglos de los militares a las cortes, a las mesas de negociación y a las embajadas. Es difícil decir cuándo cambió la legitimidad en Japón, ya que la paz fue impuesta súbitamente por Tokugawa Ieyasu después de la Batalla de Sekigahara en 1600.

"Legitimidad" significa que la guerra u otra violencia son una forma ordinaria de resolver conflictos, tan aceptable como la negociación colectiva o las cortes. La legitimidad se demuestra de dos formas: por repetición — la guerra continúa durante décadas o aún siglos — y para facilitar el inicio — si la guerra es un primer o un último recurso. Un ejemplo moderno es las pandillas callejeras en las ciudades estadounidenses que parecen aceptar la violencia como un medio de primer recurso para ganar conflictos.

En África, la guerra entre sociedades fue un medio de primer recurso para resolver conflictos fuera de la familia o del clan, hasta que la paz fue impuesta por los poderes coloniales en la última parte del siglo XIX. La fuerza violenta era el arma de elección para obtener mano de obra (por medio de la esclavitud) y capital (ganado). Si bien las transacciones pacíficas pueden haber ocurrido en algunos lugares después de la independencia en la década de 1960, en otros, la tradición de la violencia legítima ha regresado. [2]

La Universalidad de la Guerra y la Violencia

Que la guerra era casi continua en África del Norte desde el siglo VII hasta el siglo XV no es una sorpresa ya que era endémica en todo el mundo en ese entonces. Ejemplos de hostilidades a largo plazo incluyen el dominio aplastante árabe en todo Maghreb y hasta España; el conflicto del Movimiento Kharijite en el siglo VIII; [3] las luchas violentas por el poder entre los estados norafricanos y las tribus en el siglo X y siguientes; [4] las guerras entre los Fatimids y los Umayyads en Egipto en el siglo XI; [5] las conquistas militares de los Imperios Almohad y Almoravid en los siglos XI y XII; [6] y los inicios de los jihads que en los siglos siguientes aplastaron la costa occidental de África.

El registro histórico de la guerra se vuelve más extenso en el siglo XVI. Al demoler el Imperio Songhai en 1591, los marroquíes agregaron una fuerza hostil que intensificó la agitación en Jenne, Timbuktu y otros centros comerciales. [7] Songhai ya había sido debilitado por las guerras civiles a principios del siglo que surgieron del nepotismo y disputas por la suceción. [8] Kano y Katsina, ciudades-estado en lo que ahora es Nigeria, tuvieron su primera guerra registrada en la segunda mitad del siglo XV; las guerras entre ellos continuaron hasta el siglo XVI. [9] En Bornu (ahora el oriente de Nigeria y Chad) Idris Aloma se estaba expandiendo hacia el sur a Mandara, Bagirmi y Kwararafa, desestabilizando regímenes al cambiar el apoyo a candidatos rivales. [10] En el delta del Niger, las comunidades comenzaron a alabar nombres con tambores para demostrar su aprobación a la piratería, cacería de cabezas y redadas de esclavos. [11] Acosada por disputas por la sucesión, la dinastía Mwene Matapa en África sur-central sufrió redadas de sus vecinos e hizo redadas a sus vecinos. [12] "El siglo XVII fue, por excelencia, un siglo de guerras para Hausaland occidental. También fue un siglo de una rápida acumulación de poder." [13] Los nómadas Tubu y Tuareg hicieron redadas del comercio del trans-Sahara y Tuareg y Bornu pelearon repetidamente. [14] Nasr al-Din, líder de Zawaya, lanzó jihads extensas en 1673, atacando Hasan al sur. [15] Desplazó e incitó a los Torodbe y los Fulani, que continuaron los jihads hacia el sur y hacia el oriente. Pacíficos cuando podían comerciar abono con la gente local por suministros, los Fulani hicieron la guerra bajo otras circunstancias. A finales del siglo XVIII, habían derrocado a la mayoría de estados Hausa y estaban amenazando a Mandara, Bagirmi y Bornu. [16] En Hausaland, "las guerras frecuentes [condujeron] ya sea a un empate o a un dominio muy transitorio de un estado sobre otro." [17] "En la esfera de Oyo, los encuentros militares persistieron durante los siglos XVII y XVIII." [18]

Más al sur, la revuelta de Sohio contra Kongo y las guerras de Angola (portugués)-Kongo, que duraron cincuenta años, condujeron al fin de la monarquía de Kongo en 1655. [19] Al extremo sur del continente, las familias principalmente Nguni se dividieron en linajes rivales, que algunas veces negociaron pacíficamente sus diferencias pero más frecuentemente fueron a la guerra. [20]

Hacia el este, los estados árabes estuvieron en conflicto frecuentemente con los portugueses y los turcos en el siglo XVII. No antes que los portugueses habían sido forzados a salir de Mombasa en 1698, una serie de guerras intestinas surgieron entre rivales árabes. [21] En el interior, Buganda conquistó a sus vecinos en un período de dos siglos pero luego padeció guerras de sucesión que coincidieron con rebeliones de estados tributarios. [22] Más al oriente, Kikuyu, Kalenjin y Masai entablaron guerras frecuentes y comerciaron ganado robado. "Los tratos entre los Masai y sus vecinos variaron desde guerras crónicas hasta contactos de mercado pacíficos y matrimonios mixtos." [23] En Etiopía, los Galla atacaron al Imperio Gondar desde todas las direcciones y explotaron otras guerras en el siglo XVIII. [24] En Madagascar "la guerra se dió entre clanes, y más frecuentemente, entre reinos; hubieron períodos frecuentes de inseguridad." [25]

El siglo XIX se inició con guerras continuas. "Las guerras civiles, la anarquía, el robo perpetuo y la violencia duraron por más de un siglo" [26] en Fouta Djallon (Guinea y Sierra Leona modernas)." En Marruecos, hubo muchas guerras de sucesión y la "revuelta casi puede describirse como endémica." [27] "[L]os movimientos jihad sumieron todo el ancho de Sudán." [28] Mohammed Ali de Egipto inició la conquista de Palestina y Siria, con guerras desde 1811 hasta que los poderes europeos lo detuvieron en 1841. En Etiopía, la "era de los príncipes " (Zamana Mesafent) condujo a una década de desorden. "Los reyes eran llevados al trono y destronados según el capricho de los gobernantes quienes lucharon entre ellos por la posición de ras del reino. . . ." [29] Las ofensas interpersonales, estrictamente castigadas, podrían resultar en guerras entre clanes. En Malawi, "una ofensa resultó en 'nada más o menos que la guerra o la muerte del criminal,' la lucha podría ocurrir entre parientes y los esclavos eran intercambiados como compensación." [30] En Lunda, "el imperio tenía constante dificultad para defender su frontera norte, que nunca estuvo lejos de la capital de mwata yamvo." [31] Entre los Zulu, "el servicio en los regimientos etarios y la participación en la guerra real sirvió como el ritual de pasaje, marcando la transición de la adolescencia a la edad adulta." [32] En aproximadamente 1820, el Rey Shaka de los Zulus lanzó una serie devastadora de guerras, conocidas como las mfecane, cuyo efecto desplazó a las tribus tan al norte como el Lago Victoria.

La Guerra como Inhibidor de las Instituciones de Confianza

Muy aparte de la destrucción del capital humano y físico, la guerra inhibe el desarrollo económico porque desplaza formas pacíficas para resolver conflictos y para formar instituciones de confianza. Las referencia citadas en la nota 2 hablan del inmenso sufrimiento humano a medida que las sociedades eran debilitadas o destruidas. Pero eso no es todo. La sociedad misma es el marco dentro del cual las instituciones de confianza se crean. Los consejos de jefes resolvieron algunos conflictos internos y podrían haber evolucionado en parlamentos modernos, pero si estos consejos son destruidos junto con la sociedad no pueden convertirse en mediadores para asuntos más intrínsecos de contratos comerciales.

Las referencias a la destrucción de sociedades enteras en África son innumerables. Formado en el siglo XIII, el Imperio Kanuri, "gobernado por reyes de fama internacional," fue derribado por guerras que duraron hasta el siglo XIV. Una "rápida sucesión de gobernadores" y el "desprecio por los procedimientos de sucesión adecuados " [33] no crean una base estable para negociar privilegios económicos. "El período [1600-1790] fue testigo de la decadencia o eclipse temporal de la mayoría de los estados principales encontrados primero por los portugueses: Benin, Kongo, Ndongo, Matapa, Etiopía. Pero al contrario de estos . . . hubo otros muchos ejemplos de crecimiento." [34]

Cuando tal inestabilidad prevalece, obtener riqueza por medio del pillaje puede ser menos costoso que por medio de la empresa económica, cuando los riesgos de cada uno se toman en cuenta. La conquista del occidente de Sudán por el sultán de Marruecos en 1591 fue "concebida desde el principio como una fuente de impuestos y pillaje — impuestos sobre las minas de sal y control de las minas de oro." [35] Formas alternativas para la prosperidad — la agricultura y los oficios del hogar y el comercio mediterráneo — eran menos atractivos. Cuando esta operación fracasó en las décadas siguientes, el estado del sultán colapsó. Asimismo, en el siglo XVI, , "el ingreso del mai [Idris Aloma de Bornu] era obtenido únicamente a partir del botín de sus campañas, siendo los capturados el bien más importante a quienes él podía intercambiar por caballos con los mercaderes norafricanos." [36]

Cuando las instituciones de desarrollo económico no son integrales con la cultura, su aparición en ciernes es débil. En la cuenca de Zaire Superior en el siglo XVIII, las empresas familiares crecerían, pero con frecuencia la generación más joven, deseando "liberarse del control del amo, eran combatidas con poderío militar." [37] Una sociedad en desarrollo debe ser lo suficientemente fluida para que las empresas se adapten y algunas veces se dividan, pero también deben ser lo suficientemente unidas para que no lo hagan como un proceso de función regular. El ejemplo de Zaire refleja un fracaso de la cohesión: la estabilidad impuesta por la fuerza, difícilmente una situación que favorece el cultivo de instituciones de confianza.

En Malawi y Zambia a finales del siglo XIX, Chanock enfatiza "no la formación del estado y las instituciones proto-modernas con el derecho y el juzgar como una característica esencial, sino el localismo, el provincialismo, la falta de gobierno, la alteración arbitraria del estatus, la violencia entre comunidades y dentro de ellas así como la negociación y el arbitraje consensual local". [38]

A partir de todos estos ejemplos, uno podría suponer que durante siglos África fue tan barrida por las guerras y la violencia que sería imposible que funcionara por medio de los sistemas de gobierno y economías normales. Sin embargo, hemos visto que los africanos demostraron altas destrezas emprendedoras y tomaron parte en un comercio extenso y a larga distancia. Se me ocurren dos posibles explicaciones:

Primero, a pesar de las guerras endémicas, hubo largos períodos de paz en lugares particulares. Por ejemplo, "el siglo antes de 1875 estuvo marcado por una estabilidad notoria en el corazón de África Central y por reinos ininterrumpidos en las cortes de los reyes de Lunda. . . ." [39]

Segundo, y probablemente más significativamente, debido a que la legitimidad de la guerra la pone a la par de la negociación colectiva y las cortes modernas en areas más industrializadas, como estas, estaba escrita en los cálculos del riesgo y la empresa. Al ocupar el sitio de la negociación, el compromiso y la contratación, la guerra en África hizo que esos métodos parecieran menos necesarios. Sin embargo, el costo de transacción de la guerra debe haber sido en última instancia mayor que el de la negociación.

La guerra puede resolver únicamente conflictos sencillos, tales como el territorio, sucesión, rutas comerciales y derechos de la industria. Al conquistar, uno no puede forzar a otros a convertirse en socios en grandes compañías comerciales, a participar en contratos, a asignar capital enficientemente y a dar y recibir pagarés para emitir dinero o cuentas bancarias confiables, para adquirir financiamiento desde lugares distantes o para cooperar en invenciones o en la investigación. Al continuar dependiendo de la guerra para resolver conflictos, los africanos se acercaron a un callejón sin salida. El desarrollo económico se encuentra en un camino diferente, que ellos no habían tomado. Este es un ejemplo de la teoría de dependencia del camino del norte. [40]

Esclavitud y el Sistema Laboral

"Esclavitud" en África es simplemente una parte de la continuidad de las relaciones que en un extremo son parte del campo del parentezco y por el otro involucran el uso de personas como un bien. "Esclavitud" es una combinación de elementos, que si se combinan de forma diferente — un ingrediente agregado aquí o restado allá — podría convertirse en adopción, matrimonio, parentezco, obligaciones con parientes, clientes y así sucesivamente. [41]

La complejidad de la esclavitud se compara con la complejidad del mercado laboral libre. Existen grados de esclavitud, que se funden en el trabajo familiar y el trabajo libre.

A pesar de lo vago de los límites entre ellos, algunos sistemas laborales han sido libres, no obstante, y otros principalmente esclavos. ¿Por qué? Con un etnocentrismo profesional, los economistas han tendido a razonar que la elección fue hecha ponderando los beneficios y los costos basándose en la relativa escasez de factores de producción. Ampliando un modelo aplicado a Rusia por Kliuchevsky, Domar hizo la hipótesis de que una alta tasa de tierras/mano de obra afectaría a una sociedad hacia la esclavitud, siempre y cuando un gobierno implantara el sistema. Si la tierra fuera libre, en ese caso, los hombres libres encontrarían sus propias granjas. Únicamente mediante una esclavitud impuesta por el gobierno los grandes propietarios adquirirían la mano de obra. [42]

Una abundancia de tierras es parte de la razón de la esclavitud. Al limitarse a Europa y América con sus gobiernos relativamente estables, sin embargo, Domar no se preguntó por qué la esclavitud ocurrió en las sociedades sin estado en África. También supuso que habían propietarios de porciones específicas de tierra, sin considerar a las sociedades migratorias en las cuales la tierra se posee en común y las tenencias "emigran" con la sociedad. Ni averiguó por qué los terratenientes incapaces de contratar mano de obra debido a la abundancia de tierra no usarían el mercado para obtener lo que necesitaban de los agricultores libres en lugar de esclavos para hacer que esos mismos agricultores lo produjeran.

La respuesta no se encuentra únicamente en las disponibilidades relativas de tierras y mano de obra. Más bien, en la Rusia del siglo XV, al igual que en la Europa y Japón del siglo X y en África del siglo XVIII, los pueblos poderosos obligaron a los débiles a suministrar su sustento a cambio de defender a los débiles de otros pueblos poderosos que les habrían hecho lo mismo. Ya que los terratenientes rusos no tenían nada que ofrecer a los agricultores libres excepto esta "protección," la alternativa de la esclavitud seguramente no era un mercado libre. En su lugar, después de que los campesinos "libres" habían cultivado sus alimentos, los esbirros del zar habrían tomado lo que querían en lugar de comprarlo. Los resultados de la agricultura libre y la esclavitud hubieran sido los mismos.

La pérdida de población en el comercio de esclavos americano, cruel y destructivo como lo fue, probablemente no inhibió el desarrollo económico africano a largo plazo. El resurgimiento de la población europea después de la Peste Negra (1348), que barrió un cuarto de la población en cinco años, y la Guerra de los Treinta Años (1618-48), que mató hasta un cincuenta por ciento de la población en algunas partes de Alemania, demontró la capacidad de los pueblos de sobreponerse a tales pérdidas trágicas y revivir la actividad económica. Clark (1968:64) y Hopkins (1973:121-2) estiman que el comercio de esclavos simplemente compensó el aumento natural de la población. Curtin (1969) demuestra que privó a África de mucha menos mano de obra de la que se había pensado anteriormente.

El desplazamiento en lugar de la pérdida de población, la guerra para capturar esclavos y la interferencia con otros tipos de comercio fueron las fuentes principales del daño económico. La esclavitud impide la asignación eficiente de los recursos al fusionar la mano de obra con la tierra y el capital. Los obreros se mueven únicamente a ocupaciones más atractivas para sus propietarios, no para sí mismos. Por lo tanto, este movimiento responde a la productividad de la tierra y el capital, no del trabajo. Todos estos efectos estaban ya en proceso antes de que los europeos iniciaran el comercio de esclavos americano.

La esclavitud no terminó inmediatamente en África cuando las autoridades coloniales dieron la orden. Únicamente cuando un mercado de efectivo para muchos productos, incluyendo el trabajo asalariado, pareció atractivo a grandes cantidades de gente, se volvió cada vez más difícil para los propietarios de esclavos mantener su trabajo. Ya que estos propietarios no vieron un beneficio inmediato para sí mismos, se resistieron a los mercados de efectivo y cedieron únicamente cuando no tuvieron otra alternativa.

Si la esclavitud es económicamente eficiente — una pregunta muy debatida entre los economistas occidentales — aquí es irrelevante. La sola existencia de la esclavitud, con su relación con la guerra, la violencia y la confrontación, ha limitado el crecimiento de las instituciones complejas del desarrollo económico. En este sentido más amplio es ineficiente, independientemente de los cálculos de costo-beneficio para las plantaciones antes de las guerras del sur de EE.UU. [43]

En resumen, la esclavitud es históricamente el sistema normal para adquirir mano de obra en todas las sociedades tempranas, incluyendo las europeas, las japonesas y las africanas. La cuestión no es tanto por qué los africanos la retuvieron así como por qué los europeos y los japoneses la dejaron. Debido a su ineficiencia, la retención de la esclavitud por parte de los africanos es otro elemento que explica su crecimiento económico retardado. En el Apéndice 8.1 se encuentran referencias adicionales sobre la esclavitud como un sistema laboral. En el Apéndice 8.2 se encuentran referencias adicionales sobre la transición de la esclavitud al trabajo pagado.

Colonialismo

Convencionalmente, el debate sobre el colonialismo se concentra en tres asuntos. Primero, ¿confiscaron los poderes coloniales más activos, tales como tierras, que los que suministraron, tales como infraestructura, créditos y otros beneficios? Segundo, ¿pagaron precios justos por los productos básicos que compraban? O ¿descapitalizaron a África por medio de la confiscación y precios injustos? Tercero, ¿discriminaron a los africanos, negándoles el acceso a los mercados y a los recursos disponibles a los europeos?

Los datos históricos son bien conocidos y el debate es cada vez más estéril. Los poderes coloniales sí confiscaron tierras. Si suministraron activos equivalentes será cuestionado por siempre. Pagaron por sus productos básicos, por lo general con precios del mercado, pero nunca se resolveráa si estos fueron "justos". No descapitalizaron a África, pero sí discriminaron, negando el acceso a los africanos a los recursos disponibles a los europeos.

Cualquiera que haya sido el impacto de estos eventos, no explica la continua pobreza de África en la actualidad. Con excepción de Suráfrica, las tierras fueron restablecidas hace unas décadas y si la discriminación al estilo colonial no se ha desvanecido hasta ahora, es porque las fuerzas de estos días la mantienen viva.

Pero el colonialismo tuvo otro impacto, más serio, más negativo y más duradero. Desplazó a los grupos africanos que podrían haber aprendido a negociar, a comprometerse y a contratar entre ellos, imponiendo la resolución de conflictos a través de sus propias organizaciones. Quitó algunas prerrogativas a los jefes mientras les otorgaba otras mayores que aquellas que los jefes jamás hubieran conocido. Aunque la concentración del poder ya era endémica, el colonialismo la fortaleció, haciendo más difícil superarla en el período colonial. [44]

Según los principios de la economía occidental, las antiguas formas africanas eran inferiores a las coloniales. Ni la guerra, ni la fusión de tierras y trabajo a través de la esclavitud, ni las cuentas como dinero, ni las decisiones económicas de los jejes es una forma eficiente de conducir una economía. Los registros de tierras, mercados libres, la banca comercial y central y el derecho occidental son mucho más superiores. Lo que los poderes coloniales no entendieron, sin embargo, fue que los registros catastrales y los tribunales de derecho y los bancos centrales y los parlamentos son organizaciones, no instituciones, y una institución no puede imponerse desde afuera.

Pero aún peor, cualquiera que haya sido el progreso que los africanos podrían haber tenido en dirección de las instituciones apropiadas, este fue interrumpido. Esto se ilustra en las siguientes subsecciones, donde se considera el manejo de los gobiernos colonialistas de la tenencia de la tierra, del sistema monetario y de la administración pública. El derecho será tratado en la siguiente sección principal.

Tenencia de la Tierra

Si bien las fronteras de los países europeos han sido determinadas en el transcurso de los siglos mediante la guerra, la negociación, el compromiso y el tratado, los europeos trazaron las de África de un solo golpe en Berlín en 1884-85, sin la participación africana. Cortaron fronteras en medio de territorios tribales, estableciendo así guerras irredentas que continuan actualmente. Establecieron estatus de poder entre africanos que hoy tienden a perpetuar las mismas guerras que los europeos estaban tratando de terminar.

Los europeos impusieron a los africanos la distinción entre soberanía y propiedad de la tierra. En virtualmente todas las colonias donde se establecieron como agricultores, los europeos se declararon a sí mismos terratenientes por medio de instrumentos legales de sus propios gobiernos. Tan despiadadas como fueron estas confiscaciones, es posible que no lo hayan sido más que las confiscaciones anteriores efectuadas por otros africanos. Pero había una gran diferencia. Antes del colonialismo, la tierra tomada por la conquista podría volverse a ganar por la conquista. Con el colonialismo, sin embargo, el poder militar del conquistador era tan grande que la confiscación era "definitiva." Posteriormente, las transacciones de las tierras serían decididas por las leyes de los conquistadores, por lo menos hasta la independencia en la década de 1960.

En una publicación anterior, he señalado sistemas agrarios africanos tradicionales, con ejemplos de pueblos diferentes. [46] Estos sistemas difirieron grandemente entre tribus y naciones, algunas con estipulaciones para tierra "migratoria" (patrones agrarios que permanecieron igual, cada porción relativa a las otras, según se trasladaban las tribus), algunas con herencia maternal y algunas con herencia paternal pero con control del esposo, y así sucesivamente. Bohannan ha descrito los conceptos espaciales de la tenencia de la tierra que son extraños a una persona de orientación occidental. [47] Por lo general, un jefe de tribu asignaría tierra a las familias, quienes vivirían en complejos, un hombre y una choza para cada una de sus esposas. El jefe podría asignar tierra a extranjeros que habían llegado a vivir a la aldea o podría reubicar periódicamente tierras entre familias según la necesidad.

El desarrollo económico máximo requiere que estas características habituales cambien a propiedad de pleno dominio y enajenación libre, a fin de que la tierra pueda pasar a sus usos más eficientes. [48] En muchos estados africanos, por lo tanto, la tenencia de la tierra fue cambiada a propiedad de pleno dominio, en parte por los poderes coloniales y en parte por los gobiernos independientes sucesores. Pero la ética occidental de que el uso de la tierra debería estar determinado por el agricultor y no por el jefe no es ampliamente aceptado en África. Muchos jefes, ahora se convierten en funcionarios políticos, tomaron mucha tierra para sí mismos. Algunas tierras fueron puestas en "cooperativas" patrocidadas por el estado lo cual facilitó el control estatal.

Podría haber evolucionado de otra forma la tenencia de la tierra africana? (Los "podrían haber sido" de la historia son traicioneros, pero algunas veces son inevitables.) Los grupos esenciales ya existían, los cuales podrían haberse aliado entre ellos para negociar con los jefes el uso de la tierra: clanes y familias, grupos etarios entre guerreros, los ancianos de las aldeas, la nobleza en algunas sociedades, aldeas vecinas o aún naciones. La propiedad es un paquete de derechos sobre el cultivo, goce del producto, impuestos, mercadeo y similares, que podrían haber sido negociados de forma poco sistemática o en diferentes combinaciones. Todo esto fue interrumpido por el colonialismo. Debido a que los gobiernos europeos respaldaron la soberanía de los jefes, cuando de hecho los africanos habían desarrollado muchos controles (véase Powelson 1988), el colonialismo dejó al estado africano y sus gobernantes con mucho más poder sobre las tierras que el que tenían anteriormente. En el siguiente capítulo, demostraré cómo esta concentración de poder ha impedido el desarrollo económico actual.

El Sistema Monetario

Los sistemas crediticios existieron en los tiempos pre-coloniales. Pero en lugar de vincularse con estos sistemas, los poderes coloniales comenzaron desde cero, como que si ninuno de ellos existía. Sucursales de bancos extranjeros, y el banco central del país de orien fueron empleados. Las transferencias, aún entre países africanos vecinos pasaban por Londres o París, con frecuencia requiriendo semanas en tránsito. Por lo general, los africanos no usaron estos bancos, no porque les estaba prohibido lealmente sino porque el acceso se les hizo difícil. Pudo haber sido necesaria una recomendación de una "persona confiable" para abrir una cuenta. En Egipto, se estableció un banco privado del lugar en 1920 para desarrollo industrial and comercial [49] pero fue una excepción y no funcionó en el África del Sub-Sahara.

Se introdujo una nueva moneda — la rupia en África Oriental, el franco en los territorios franceses. La antigua moneda — cuentas o barras de cobre o conchas de mar o lo que sea — no eran reconocidas por los poderes coloniales y no podían ser intercambiadas por la nueva. Una forma común de introducir la nueva fue imponer un impuesto a las cabañas, pagadero únicamente en moneda, por lo tanto, ofrecer trabajos a los africanos con pago en efectivo para que ganaran dinero para pagarlo. [50] Nuevas tiendas con nuevas mercancías los tentaron a tener la nueva moneda. Las antiguas monedas desaparecieron y sus tenedores perdieron su valor.

Nada evitó que los africanos usaran líneas de crédito tradicionales, sin embargo, cuya supervivencia a través del período colonial demuestra que están bien y son fuertes. Pero el desarrollo de las líneas tradicionales en la banca moderna no eran promovidas y nunca fueron integradas en el sistema impuesto. Por ejemplo, los prestamistas locales normalmente no podían recurrir a los bancos de la ciudad, para crédito agrícola de temporada. Al adelantarse a las varias funciones, los bancos de la ciudad impidieron que los prestamistas africanos evolucionaran en bancos, tal como los orfebres europeos lo hicieron dos siglos antes. Los acreedores deudores africanos adquirieron una experiencia limitada con las instituciones de la banca moderna y tuvieron poca participación en ella.

Administración Pública

Se ofrecen hipótesis en competencia acerca del por qué los poderes europeos ocuparon África: (1) por la riqueza que podían extraer, (2) para propósitos estratégicos y militares, (3) para el comercio. Si bien todas estas probablemente funcionaron, en los casos de Gran Bretaña, Francia y Holanda, la tercera parece ser la más persuasiva, con una menor inclinación hacia la segunda y poca credibilidad para la tercera. Documentos británicos reflejan el interés principal en el comercio y proteger la ruta hacia India. Lamentablemente, en la mente europea los africanos no poseían las leyes comerciales, los bancos y los tribunales requeridos para el comercio o aún una base social para crearlos. Por lo tanto, los poderes coloniales los fundaron ellos mismos. Sin embargo, no podían hacerlo sin convertirse en el gobierno.

Esto no es una cubierta o aún una evaluación caritativa. Los gobiernos coloniales violaron su propia moralidad, dándose a sí mismos invariablemente el beneficio de cualquier duda. Ellos tomaron la tierra y la propiedad como quisieron. Trataron a los africanos con paternalismo, denigrando sus sistemas sin entenderlos y haciéndolos a un lado del todo. Cuando crearon sus propias organizaciones legales y financieras, permitieron el acceso de los africanos a ellas únicamente cuando era conveniente para los europeos.

La opinión popular en el mundo occidental sostiene que no obstante pueden haber sufrido bajo el colonialismo, los africanos por lo menos fueron educados o entrenados en las formas europeas. Aprendieron cómo funcionan las instituciones modernas para que con su independencia pudieran emprender su propio comercio, su propia banca, su propia adjudicación y sus propios parlamentos.

Déjenme sugerir algo diferente. Estas organizaciones no fueron negociadas por grupos con un balance de poder relativo. En lugar de operar como lo hacen en el mundo industrial, se volvieron instrumentos por medio de los cuales los grupos de poder africanos continuaron buscando su propia ventaja. Como el nuevo vino (las organizaciones) en botellas viejas (las instituciones), retardaron el desarrollo económico en lugar de avanzarlo. En el siguiente capítulo se proporcionarán ejemplos específicos. Relacionemos ahora cómo los desequilibrios de poder preexistentes fueron fundidos en concreto bajo el colonialismo.

Los europeos no deseaban ser molestados por las disputas menores entre los africanos. Ellos plantearon limitar sus propias administraciones a asuntos que afectaban el comercio, las finanzas y la paz en general, así como la agricultura de sus propios colonizadores. [51] Aunque en principio el Parlamento de Londres o la Cámara de Diputaadosen París era la última autoridad, para todos los fines prácticos el gobernador local (europeo) tenía el poder absoluto. En África Oriental Británica, el oficial de distrito se consideraba a sí mismo como un gobernador y un asesor paternalista de los jefes africanos. Era "responsable de la ley y el orden en su distrito, de la recolección de ingresos y un anfitrión de los deberes legales lo cual . . . lo convirtió . . . en una autoridad municipal, un registrador de matrimonios, una autoridad para otorgar permisos y un agente del Administrador-General." [52]

Por lo tanto, los gobernadores coloniales cada vez más fueron arrastrados hacia la toma de decisiones detallada sobre asuntos locales, afectando aún cómo los africanos condujeron sus vidas familiares. Dos fuerzas principales estaban funcionando: (1) el deseo de poder por parte de los funcionarios europeos de bajo nivel quienes de ninguna forma podrían alcanzar tal autoridad en su país de origen y (2) en África, sistemas económicos y sociales que estaban tan entrelazados que la intervención en un área condujo ineludiblemente a la otra, y así cada vez más profundamente. Los poderes coloniales se encontraron a sí msimos haciendo cosas que nunca tuvieron la intención de hacer y pagando por ellas.

Tal vez la trampa en la que cayeron los poderes coloniales se entenderá mejor al compararla con un ejemplo moderno. La historia se repitió en 1993 cuando los Estados Unidos y las Naciones Unidas invadieron Somalia por la razón humana de suministrar alimentos a la gente hambrienta. Incursionaron en culturas que no entendían; fueron arrastrados cada vez más en disputas locales; pelearon la guerra y se tomaron los atributos de un gobierno colonial. [53]

De algunas formas, los gobenadores coloniales usurparon poderes sostenidos previamente por los jefes africanos. Pero de otras formas, concedieron poderes a los gobernantes africanos que nunca habían tenido antes. Por ejemplo, separaron jurisdicciones, creando nuevos jefes o aún reinos. [54] Algunas veces, los jefes persuadirían a sus mentores europeos para legalizar poderes que decían eran "tradicionales" cuando esto no era verdad o lo que era "tradicional" estaba en disputa o evolucionando.

Al igual que en Europa y en todas partes, los imperios en África habían sido forjados por la guerra. Pero también al igual que en Europa y en todas partes, las guerras raramente fueron absolutas. Siempre, la clase de sociedad a la que el pueblo conquistado estaba anexada era negociada de alguna forma, junto con sus derechos. Pero el poder militar de los conquistadores coloniales era abrumador, las diferencias raciales eran obvias y su sentido de separación tan agudo que lanzaron una nueva clase de autoridad absoluta. Las alianzas verticales con apalancamiento eran imposibles. Fue esta autoridad, no el rango imperial, lo que los gobernantes africanos heredarían con la independencia.

Derecho

Por definición, el origen de la ley tradicional no es conocido. Pero la ley africana precolonial no era "tradicional". En efecto, tuvo muchos orígenes que podrían competir con los europeos. Los Almoravids introdujeron la ley islámica desde el siglo XI, y Warf Djabi, gobernante de Takrur — la última parte del Imperio Mali — ayudó a llevarla a África del Sahara. [55] Los mercaderes y pobladores Omani la llevaron a la costa oriental africana. Esta ley existió a la par de las leyes tribales. "[E]n varios . . . respectos la ley tradicional somali y la ley islámica estaban . . . estrechamente relacionada." [56] En Zanzíbar, la ley islámica funcionó a la par de la ley europea. [57] Entre los Ibo, las sociedades secretas hicieron leyes para sus comunidades. [58] Al ajustar disputas entre las casas comerciales, deben haber contribuido a la ley comercial.

Las jurisdicciones múltiples en imperios múltiples trajeron muchos tipos de leyes al igual que lo hicieron los jueces. En el reino Matapa del siglo XVI al sur del Río Zambezi, "los casos legales eran escuchados regularmente en los seis días festivos cada treinta días y la función judicial del gobernante era de una importancia considerable". [59] La ley hindú pasó al este y al oeste de África. Los gobernantes de los estados del Sahara sintieron la responsabilidad de justicia y seguridad interna para promover su comercio a larga distancia. [60] La justicia era ejecutada por los qadis musulmanes. [61] Si bien la ley islámica en principio es inmutable, de hecho ha cambiado con el tiempo. Aunque no existe ningún registro de casos comerciales, no es difícil suponer que los mercaderes participantes podrían haber negociado con los jueces.

Aún Chanock señala para Malawi y Zambia en el siglo XIX: [62]

El poder era obviamente un factor crucial en lo que era la compensación "tradicional" y podía ser ejercido al azar, tal como está claro en los recuerdos de una mujer de Karonga: "La gente hace eso en nuestra tierra. Si un hombre tiene un reclamo sobre otro y no se resuelve, confisca bienes o hijos, y al que se le ha hecho sufrir inocentemente debe ir y rogar al acusado hasta que quede satisfecho."

Con fuentes dispersas, inadecuadas en total, únicamente puede obtenerse un entendimiento parcial del derecho en la era precolonial. Probablemente un jefe o funcionario judicial tenía discreción considerable para resolver disputas por medio de la ley tradicional u otra ley; estaba influenciado por su consejo; y juntos tendían a favorecer a las personas con prestigio, incluyendo a sus propias familias. Si bien el jefe en alguna medida estaba restringido por lo tradicional, no obstante, él tenía el poder para definir lo "tradicional" y aún modificarlo.

Por qué los europeos sintieron que la ley africana era inadecuada

A continuación se encuentran diez formas en las cuales los poderes europeos encontraron a las leyes africanas deficientes.

  1. Los conceptos africanos de "vinculante" diferían entre comunidades y del concepto europeo. Los africanos sí tenían un concepto de compromiso, pero dependía de las relaciones personales, juramentos y sanciones: "se encuentra que los tribunales no insisten en ejecutar las obligaciones sino que apuntan a resolver la disputa subyacente." [63]
  2. La fragmentación y fluidez de las sociedades africanas involucró a diversos procesos judiciales, frecuentemente irreconciliables. Esta diversidad pondría freno al comercio o acuerdos sobre territorios de jurisdicciones dispares. [64] En particular, no había forma de adjudicar tierras en las jurisdicciones.
  3. "La sociedad africana tradicionalmente no reconoció la distinción entre la ley pública y la ley privada." [65]
  4. Los controles a los que los europeos estaban acostumbrados en sus países frecuentemente no existían en África, ya que las funciones legislativas, judiciales y ejecutivas por lo general estaban combinadas. Sin embargo, algunas veces era posible apelar las decisiones ante las autoridades superiores. [66]
  5. "La ley africana nativa por lo general no está por escrito . . . debido a su ámbito predominantemente analfabeta. . . . Los gobiernos africanos, sus juristas y científicos sociales no consideran sus registros o planteamientos como códigos. . . . No tienen efecto legal." [67]
  6. La ley africana tendía a ser exhortativa y moralista. "Grandes partes de los fallos en las cortes Lozi parecían sermones . . . 'los jueces no citan fallos de los tribunales pasados sino instancia reales de comportamiento rectos. . . . [La] ley . . . se exhibe de forma instantánea en la conformidad de la gente recta a las normas.' " [68]
  7. Los europeos estaban acostumbrados a una mayor claridad de límites entre jurisdicciones, responsabilidades de los individuos y alcances de la autoridad, que los africanos. [69]
  8. Los historiadores debaten sobre si los fallos africanos estaban basados en principios legales neutrales o en la forma más fácil de restaurar la paz, o en ambos. Bozeman escribe que "los tribunales africanos están preocupados sobre todo por la restauración del orden, el equilibrio social y el status quo." [70] Pero Mensah-Brown cuestiona esto. [71]
  9. Ya que los africanos no siempre usaron el precedente judicial, era difícil para los europeos conocer lo que era la ley. [72]
  10. Tal vez el mayor abismo entre los conceptos europeos y africanos del derecho es la predilección africana por lo sobrenatural y lo mágico. [73]

El Derecho bajo el Colonialismo

Todas las "insuficiencias" anteriores eran comunes en el derecho europeo y japonés en los primeros siglos. Tanto en Europa noroccidental como en Japón, la ley evolucionó hacia su forma moderna por medio de la negociación entre muchos grupos, cuyos resultados fueron promulgados por parlamentos o en decisiones judiciales. Sin embargo, con el colonialismo, la historia africana dió una vuelta ireversible.

Ya que los poderes coloniales "preservaron" la ley tradicional africana, se tomaron un interés paternalista en ello. Tendieron a ver un derecho en evolución como si fuera inmutable. Ignorando las formas africanas de mediación y cambio, frecuentemente escribieron lo que consideraron que era la ley tradicional. "Bajo la ley Natal No. 19 de 1891, el código nativo se volvió una ley legalmente vinculante y la ley tradicional Zulu existente, con todas sus virtudes, fue eliminada y sustituida con una versión rígida por escrito de lo que la Administración quería que fuera la ley Zulu tradicional: presentando así una imagen sin vida, por escrito, de la ley Zulu tradicional por la viva realidad de esta." [74] A partir de ese momento, la ley se pudo cambiar únicamente en los téerminos europeos, a través de promulgaciones parlamentarias o deciciones de los tribunales y no siempre en formas conocidas para los africanos.

En consecuencia, la ley colonial estaba dicotomizada: una parte — "tradicional" revisada — para los africanos y otra parte — moderna — para los europeos. Pero la parte moderna siempre anuló a la tradicional. Al aplicar la ley moderna, por lo tanto, los jueces nativos en los tribunales nativos podían modificar o invalidar lo "tradicional," sin referirse al asunto en una reunión tribal donde nadie podría decir lo que piensa. [75] De esta forma, el gobierno colonial sin darse cuenta aumentó los poderes de los jueces africanos.

A medida que algunos africanos asumieron las formas europeas — adoptaron la ropa occidental y fueron educados en Europa — objetaron estar sometidos a los tribunales nativos, con sus vidas siendo decididas por jueces sin preparación a quienes consideraban inferiores a ellos y que les negaban la apelación. [76] Aunque los tribunales africanos gradualmente fueron retirados después de la II Guerra Mundial, la posición de estos africanos no se resolvió totalmente hasta la independencia.

En resumen, el impacto negativo del colonialismo sobre el derecho fue doble. Primero, al imponer las organizaciones occidentales para el derecho y otras funciones públicas, se negó a los africanos la experiencia de negociar ellos mismos éstas y otras. Los tribunales, jurados y jueces, aún en sus togas y pelucas al estilo británico, brotaron en suelo africano y permanecieron allí hasta la independencia. Segundo, en muchos países, las prerrogativas de los jueces locales y tribales, fueron mutiladas bajo el colonialismo y la concentración de poder en la ciudad central continuó hasta la independencia. Al contorsionar, preservar y aumentar el desequilibrio de poder existente, el colonialismo había pospuesto la urgencia de negociar las instituciones modernas. Con la independencia, África se replegó a sus procesos políticos antiguos, influenciados por el poder ahora reforzado por una fachada de organizaciones económicas y políticas modernas. Estas se convirtieron en implementos de una concentración de poder aún mayor para los gobernantes. Esta evolución contribuye de forma considerable al caos actual de las economías africanas.

 

Notas

  1. Bozeman 1976:124.
  2. Para una cuantas referencias seleccionadas al impacto negativo de la guerra sobre el comercio y la industria durante la historia africana, véase Abir 1975:550; Alpers 1975:533; Birmingham 1976:239, 267; Fisher 1975:123, 127; Harms 1981:75, 83, 96; Hunwick 1976:282; Laroui 1977:155; Levtzion 1975:152, 179, 199-215; Levtzion 1976:144; Shinnie 1965:140; Unomah y Webster 1975:278; y Wilks 1976:439. Para unas cuantas referencias seleccionadas al impacto negativo de la guerra sobre la agricultura durante la historia africana, véase Birmingham 1976:234; Hopkins 1973:143, 218; Horton 1976:100; Laroui 1977:274; Richmond 1977:67; Rodney 1975:300; y Stevens 1966:105.
  3. Laroui 1977:97.
  4. Laroui 1977:283.
  5. Laroui 1977:146.
  6. Laroui 1977:168.
  7. Gray 1975:2.
  8. Hunwick 1976:293-94, 298.
  9. Hunwick 1976:274-76.
  10. Fisher 1975:130.
  11. Curtin 1976:352.
  12. Marks y Gray 1975:385ff.
  13. Adeleye 1976:586.
  14. Fisher 1975:105.
  15. Levtzion 1975:200.
  16. Fisher 1975:106ff.
  17. Adeleye 1976:594.
  18. Rodney 1975:229.
  19. Birmingham 1975:336-42.
  20. Marks y Gray 1975:429-35.
  21. Alpers 1975:532.
  22. Alpers 1975:478ff.
  23. Alpers 1975:491.
  24. Abir 1975:564-71.
  25. Deschamps 1976:394.
  26. Suret-Canale y Barry 1976:499.
  27. Johnson 1976:99.
  28. Levtzion 1975:216.
  29. Rubenson 1976:57.
  30. Chanock 1985:194.
  31. Birmingham 1976:227.
  32. Omer-Cooper 1976:324.
  33. Smith, Abdullahi 1976:175.
  34. Gray 1975:6.
  35. Laroui 1977:257.
  36. Hunwick 1976:268.
  37. Harms 1981:156.
  38. Chanock 1985:18-19. Hace referencia a Roberts 1976:80, 81, 141 (la referencia en mi bibliografía es a la versión revisada, 1979) y 1973:295.
  39. Birmingham 1976:229.
  40. See chapter 5, pp. 70-73.
  41. Miers y Kopytoff 1977:23, citado en Chanock 1985:161.
  42. Domar 1970:18-31. Cita a V. Kliuchevsky, Kurss russkoi istorii, Moscú 1937.
  43. Fogel y Engerman (1974) encontraron que la esclavitud era rentable apra las plantaciones de EE.UU.
  44. Estoy en deuda con mi estudiante Henry Christian Bierwirth, quien con su investigación me ayudó a desarrollar esta idea.
  45. Se llegó a un acuerdo para la propiedad tribal, de forma análoga a las reservaciones de los indios en los Estados Unidos. Aparte de eso, aún la tierra dejada en manos africanas iba a ser adjudicada de conformidad a las leyes europeas.
  46. Powelson 1988: Chapter 20.
  47. Bohannon 1963:101-11.
  48. Esta afirmación está cuestionada, pero prefiero no formar parte de la discusión en este momento. Mi afirmación está basada en la teoría económica clásica así como en las recientes desgracias de las economías socialistas.
  49. Richmond 1977:200.
  50. Este proceso está descrito en una novela de Huxley (1964).
  51. Para África Oriental, estas generalidades se basan principalmente en Morris y Read 1972.
  52. Morris y Read 1972:19.
  53. Esto está confirmado por muchos artículos periodísticos, entre ellos Mitchell, Alison, "Marines in Somalia Try to Rebuild a Town Council," New York Times, 1/18/93; Schemo, Diana Jean, "Marines Search Somalis' Homes for Arms but find 'Hatfields and McCoys,'" New York Times, 2/16/93; "U.S. Envoy Warns a Somali Leader," New York Times, 2/24/93; y Lewis, Paul, "U.N. Asks Arrests of Somali Killers," New York Times, 6/7/93.
  54. Chanock 1985:34.
  55. Levtzion 1976:129.
  56. Anderson 1956:73.
  57. Anderson 1956:71.
  58. Rodney 1975:265.
  59. Marks y Gray 1975:389.
  60. Levtzion 1976:145-46.
  61. Hunwick 1976:292.
  62. Chanock 1985:164.
  63. Bozeman 1976:242-43.
  64. Phillips 1956:92; Alpers 1975:482.
  65. Poirier 1956:156. Mi traducción del francés.
  66. Schapera 1956:103.
  67. Mensah-Brown 1976:23-25.
  68. Chanock 1985:30, citando a Gluckman 1972.
  69. Chanock 1985:32; Van Velsen 1957:83,82.
  70. Bozeman 1976:243.
  71. Mensah-Brown 1976:30.
  72. Mensah-Brown 1976:33-34. Sin embargo, existen algunas instancias en las cuales se usaron precedentes (Gluckman 1955:253).
  73. Bozeman 1976:228.
  74. Holleman 1956:232.
  75. Barnes 1967:164, citado en Chanock 1985:41.
  76. Morris y Read 1972:135-36.

Copyright © 1994 by the University of Michigan. First published in the USA by the University of Michigan Press, 1994.

Published on the World Wide Web by The Quaker Economist with permission from the University of Michigan Press, 2005.

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