Previo
Una Historia de Riqueza y Pobreza, por John P. Powelson.

Capítulo 7

África: Comercio, Capacidad Emprendedora, Pluralismo, y Apalancamiento

 

África del Norte, el Medio Oriente, India y China han sido líderes mundiales en su momento en desarrollo económico y ciencias. En el siglo XIV, todas estas regiones — y África del Sub-Sahara también — estaban comerciando enérgicamente tanto localmente como con el resto del mundo. Todos demostraron un ambiente emprendedor ingenioso, sistemas innovadores de moneda y de formación de capital. Por lo tanto, todos poseían los requisitos básicos para el desarrollo económico encontrados en las teorías convencionales. Sin embargo, en el siglo XVIII, estas mismas regiones se habían convertido en las más subdesarrolladas, mientras que el noroeste de Europa era el líder mundial. Los siguientes seis capítulos tratan las razones del cambio. Comenzaremos con África.

La Promesa Temprana

Comercio

Herodoto informó que en el año 500 AEC, carruajes tirados por caballos cruzaban el Sahara desde Fezzan y desde el sur de Marruecos. [1] En el siglo XVIII EC, el rey de Ghana obtuvo una gran parte de sus ingresos de los impuestos al comercio, principalmente al oro, pero también a la sal. [2] Antes del siglo XI, los mercaderes Soninke en África Occidental se sentían más cómodos en las rutas comerciales que en su forma de vida agrícola. [3] En el siglo XIV, "Zimbabwe era el centro político y religioso de un estado comercial poderoso con conexiones tan distantes como China." [4]

Las redes comerciales africanas prosperaron hacia el período de influencia europea. "El crecimiento del comercio en los siglos XVII y XVIII por las rutas que conducían desde el interior [del Sahel] hasta la costa [atlántica] dieron origen a la migración de musulmanes, mercaderes y ulamas (autoridades religiosas islámicas) hacia el occidente y al establecimiento de nuevos asentamientos musulmanes." [5] Estas rutas también se unieron con una red comercial que los Dyula, mercaderes selváticos africanos, habían desarrollado desde el siglo XV para conectar el Sahara con la sabana del sur y la costa marítima. [6]

En Sur África, en el siglo XVIII, "los Tsonga desarrollaron habilidades emprendedoras sofisticadas y lograron explotar las oportunidades comerciales de un arco inmenso, desde Uteve al norte hasta Venda en Zoutpansberg y Pedi en la meseta alta y hacia el sur a lo largo de Natal, tan lejos como Xhosa." [7] A principios del siglo XIX, los Chokwe "establecieron su propio sistema de caravanas de larga distancia, con sus propias rutas, transportistas y líderes. Una vez que se habían lanzado en el negocio del transporte, los Chokwe comenzaron a rivalizar con los antiguos mercaderes." [8]

"Cientos de arreglos y ajustes ad hoc durante los siglos XVIII y XIX [en la cuenca central de Zaire] resultaron en las instituciones comerciales complejas y diversas observadas por los europeos a finales del siglo XIX. [E]l comercio cruzó las fronteras entre las poblaciones del interior y la gente del río mediante dos métodos: mercados formales y lazos informales entre mercaderes individuales." [9]

Capacidad Emprendedora

Schumpeter (1936), McClelland (1961), Hagen (1962), Gillis et al. (1987:26-28) y muchos otros autores citan la capacidad emprendedora como esencial para el desarrollo económico. [10] Todos los grandes movimientos a través del suelo africano fueron emprendedores: los berberes emigrando hacia el occidente durante la prehistoria, los jihads hacia el sur que datan de las conquistas del Almoravid del siglo XI hasta los movimientos hacia el oriente de los Fulani y el Sultanato de Sokoto en el siglo XIX. También lo fue el establecimiento de rutas comerciales que abarcan el Sahara en dos direcciones y forman una red complicada en dos direcciones a través de África Central y Sur África, concentrándose en los Ríos Zaire y Zambezi.

La capacidad emprendedora fue vital para los grandes imperios de Ghana, Mali, Songhai, Kongo, Loango, Luba, Lunda, Mwene Matapa, Rozvi, Mozambique, Bunyoro y Buganda. A medida que se formaron, las rutas comerciales tomaron nueva forma, se fundaron estados tributarios, se inició una nueva producción y se establecieron casas comerciales imperiales. Se formaron alianzas con los portugueses a ambos lados del continente y con los árabes al oriente, llevando el comercio tan lejos como las Américas y China.

La innovación agrícola también data de tiempos ancestrales. La experimentación y la innovación ocurrieron en el período Ptolomeico (332-30 AEC) en Egipto, con una triplicación de la producción agrícola en Fayyum y la introducción de la nueva viticultura. [11] Los servicios de extensión ahora podrían contemplar cuán rápidamente los africanos introdujeron nuevas cosechas tales como el maíz y la mandioca desde las Américas en el siglo XVII, sin una agencia externa que les enseñase aparte de los mercaderes que les vendían la semilla. [12]

Las cosechas se extendieron rápidamente por toda la costa occidental en el siglo XVII. "El comercio de productos agrícolas [en Zaire] recibió ímpetu con la introducción de la mandioca, que sustituyó al mijo, camotes y plátanos como el cultivo de subsistencia en la mayoría de regiones. . . . En 1698 era el alimento principal en Pool [en el Río Zaire] y desde allí se extendió hacia la parte superior y el interior." [13]

Las cosechas se extendieron aún más lejos, hacia el territorio de Luba-Lunda en el centro. "Un líder llamado Ntatatkwa ascendió por la fértil planicie de Fipa después de emigrar de Buluba. En un cuento mítico, se dice que él y su gente introdujeron el cultivo del mijo, con su necesidad de trabajo en cooperativa y fundición." [14] Desde África Central, los cultivos americanos se extendieron hacia el oriente. Los Kalenjin de la actual Kenya adoptaron "nuevas ideas en agricultura de los pueblos del occidente. Tanto el maíz como el tabaco fueron introducidos en las partes de habla Kalenjin de las tierras altas de Bantú y Luo al occidente . . ." [15]

La oleada de caravanas de mercaderes condujo hacia la necesidad de alimentos a lo largo del camino. Debido a la falta de mano de obra — ya que la mayoría de sus hombres estaban fuera comerciando — los Nyamwezi introdujeron esclavos para sembrar cultivos a lo largo de sus rutas desde África Central en la actual Tanzania hasta la costa. "Los costeños introdujeron nuevos alimentos tales como arroz, mandioca, asimina (pawpaw) y cítricos. Los Tutsi con grandes rebaños también llegaron en grandes números y se asentaron en varias partes de Unyamwezi." [16]

Eventos similares en lo que hoy es el suroeste de Uganda llevaron a un aumento en la especialización en el siglo XVIII, con la agricultura comercial complementando la subsistencia y la aparición de mercaderes y artesanos. El clavo de olor en Zanzíbar y el cacao en Ghana son otros ejemplos del arranque emprendedor. En 1840, Omani imam Sayyid Sa'id trasladó su capital de Omán a Zanzíbar. Experimentó con varios cultivos comerciales y se quedó con los clavos de olor. Estableciendo él mismo cuarenta plantaciones, persuadió a sus compañeros árabes para que establecieran más. [17] Las plantaciones de cacao en Ghana fueron establecidas a finales del siglo XIX por dos grupos de inmigrantes, los Shai y Krobo de habla Adangbe y los Akwapim de habla Twi. Hill ha documentado las migraciones [18] y Hunter ha escrito acerca de su cooperación en determinar patrones de propiedad de la tierra. [19]

La capacidad emprendedora agrícola continúa hasta nuestros tiempos. En 1981, Nichodamas Manomano, un agricultor de Zimbabwe, "con prácticas cuidadosas de cultivo que aprendió en un curso para los así llamados agricultores maestros. . . consiguió más de 100 fanegas de maíz por acre . . . donde rendimientos tan bajos como 35 y aún 15 fanegas por acre son comunes . . . [S]u producción estuvo cerca de ser milagrosa." [20]

Tampoco la capacidad emprendedora se limita a la agricultura. "Cada vez más [en los siglos XVII y XVIII] uno puede discernir el impacto de las personalidades individuales, avances tecnológicos e innovaciones intelectuales o ideológicas. [L]os individuos se conocen a través de sus explotaciones y logros registrados en la tradición o mediante informes de segunda mano de parte de extranjeros." [21]

Desde 1500 hasta 1891, una red de pueblos comerciantes en el Congo, también ejemplifica la capacidad emprendedora no-agrícola. Harms [22] demuestra cómo la familia y el sistema laboral se adaptaron a nuevas circunstancias tales como el comercio de esclavos; cómo la gente joven formó pueblos satélite; cómo se obtuvo financiamiento; y cómo las familias cooperantes realizaron asociaciones a larga distancia. "En respuesta al comercio regional e internacional en expansión, mucha de la gente que vivía en la parte superior de Zaire abandonó la pesca como su ocupación principal y se volcó al comercio. Muchos pueblos pesqueros se convirtieron en centros comerciales." [23] Aunque utilizando canoas en lugar de barcos, conchas de mar y cobre en lugar de billetes y contratos verbales en lugar de contratos por escrito, no obstante estas asociaciones conjuntas nos recuerdan a las ciudades-estado italianas del siglo XV.

Aún otro ejemplo de la capacidad emprendedora es el crecimiento de las ciudades-estado y Casas Canoe en Bight de Biafra (la Nigeria moderna) en los siglos XVIII y XIX. Las familias basadas en la descendencia se convirtieron en sociedades comerciales, cambiando su carácter radicalmente, obteniendo trabajadores por medio del matrimonio y la compra de esclavos. Aunque se expandieron inicialmente para suministrar esclavos a los mercaderes europeos, estas casas también comerciaron ampliamente con otros bienes. Las casas se combinaron para formar pueblos, que estaban compuestos de jefes, ancianos, grupos etarios y otras organizaciones políticas. [24] "La expansión admirable del comercio de esclavos en el siglo XVIII proporciona una ilustración horrorosa de la rápida respuesta de los productores en una economía subdesarrollada, a los incentivos de los precios." [25]

Entre los Loango en África Central en el siglo XVII, "el nivel de intercambios económicos inspirados localmente fue más allá de los límites de un sistema de comercio 'orientado hacia la subsistencia'. . . . Muchos de los bienes producidos requerían un alto grado de especialización emprendedora. . . . En la década 1660, los Loango tenían una empresa productora de cobre bien organizada." [26]

En el siglo XVIII, los Chokwe del oriente de Angola crearon un nuevo imperio comerciante al trasladarse al norte, hacia la menos poblada cuenca del Congo. Se dedicaron a la producción de cera, respondiendo a un aumento de treinta veces la demanda de Benguela y Luanda. Cuando los portugueses abolieron el monopolio real del marfil en 1834, los Chokwe produjeron menos cera y cazaron más elefantes. Invirtiendo lo recaudado en mujeres esclavas, expandieron su producción agrícola. Luego, se diversificaron en la explotación del caucho. Una vez más respondiendo a las señales de los precios, establecieron caravanas a larga distancia para el marfil. "En el corto plazo de cincuenta años, los Chokwe pasaron de ser un pueblo selvático, pequeño y remoto, a ser una de las fuerzas económicas más dinámicas en África Central." [27]

Los Yao del interior, detrás de Mozambique, igualaron a los Chokwe en un impresionante avance durante el siglo XVIII "respondiendo inmediamente e inteligentemente a las condiciones del mercado de la costa rápidamente cambiantes, que eran la fuente de materia prima del continente y el proveedor de mercancías exóticas que eran deseadas por los Yao y otros africanos del interior." [28]

Todos estos ejemplos son prueba del genio emprendedor de los africanos, indicando que la explicación del subdesarrollo africano se encuentra en otra parte y no en una presunta falta de capacidad emprendedora. El Apéndice 7.1 contiene referencias adicionales a África como un continente comercial.

Instituciones Abortadas

El avance africano hacia el desarrollo económico fue similar de muchas formas al del noroeste de Europa y Japón, aún antes de que estas dos regiones tuvieran amplio contacto. Las organizaciones, corporaciones y gremiales comerciales, sistemas monetarios y la ley estaban en formación. Pero ninguna de estas instituciones alcanzó la complejidad de sus contrapartes europeas o japonesas.

Moneda y Crédito

Al principio de los tiempos conocidos, los intrumentos monetarios y crediticios estaban más avanzados en Egipto y Maghrib que en Europa o Japón. En el período Ptolemeico (desde 332 hasta 30 AEC), tanto los bancos privados como los reales en Egipto recibieron dinero en depósito y lo pagaron según órdenes; también comerciaron en moneda extranjera. Aunque los bancos no prestaban con intereses, el préstamo se dió mucho fuera de los bancos. [29]

La tradición bancaria tampoco murió con el Imperio Romano. En el siglo XI, los bancos norafricanos emitían instrumentos crediticios similares a las letras de cambio de Europa y circulaban los pagarés, dependiendo su valor de la reputación del emisor. [30] En los tiempos de Mamluk en Egipto (1250-1517) se vió un dinar estable y un amplio acuñamiento de plata. [31] En África del Sub-Sahara, por otra parte, el dinero consistía principalmente de conchas de mar, cuentas y otros objetos naturales hasta los tiempos coloniales. En el siglo XVIII, los tributos y las deudas en algunas regiones se resolvían con esclavos. [32]

La inconveniencia de las monedas diferentes en territorios diferentes se resolvió por medio de casas de cambio, operadas privadamente y mediante la adopción de varillas de cobre o bronce como monedas internacionales, al igual que el comercio del oro en el comercio europeo. Birmingham asocia la avanzada economía de Loango en el siglo XVIII con su moneda de cobre, [33] tal como lo hace Harms con la región de Zaire Superior en el siglo XIX. [34]

Los africanos también utilizaron el crédito. Pero antes del siglo XX, y en algunos lugares aún en estos días, por lo general estaba limitado al propio grupo étnico o a la gente que el acreedor conocía personalmente. [35] Los Fulani únicamente solicitarían préstamos de otros en su linaje, [36] mientras que los Yoruba tenían una caja de créditos (esusu) para depósitos y préstamos. [37] Una de las funciones principales de las sociedades secretas entre los pueblos Ibo "era regular el crédito y dar sanciones para la recuperación de deudas. Esto se llevó a cabo muy eficientemente." [38] Los musulmanes también otorgaban préstamos ya que la ira de Dios caería sobre aquellos que no las pagaran. [39] El crédito podría ser extendido por los europeos en la costa atlántica [40] o por los asiáticos en la costa del Océano Índico. Los europeos darían "fondos" (créditos) a los reyes del delta del Niger para comprar esclavos y provisiones en el interior. [41] En África Occidental, "los grandes agricultures, algunas veces ellos mismos en deuda temporalmente, quedaban como acreedores al frente de una extensa red de relaciones financieras y frecuentemente adelantaban dinero (por lo general, sobre una base por temporada) a los pequeños agricultores del lugar." [42] Sayyid Sa'id recibió un préstamo de financieros indios para sembrar sus clavos de olor en Zanzíbar. [43] Algunas veces los estados africanos fuertes recibirían préstamos de los más débiles bajo términos establecidos por los primeros. Por ejemplo, los líderes de Asante recibieron préstamos en el Niger Superior en el siglo XVII. [44]

Los estados africanos del Sub-Sahara no desarrollaron pagarés, papel moneda, bancos modernos ni casas de inversión, ni crearon mercados monetarios y sistemas contables para facilitar la formación de capital a gran escala. Además, algunas sociedades asignaron monedas diferentes para consumo e inversión, impidiendo el flujo de recursos de uno hacia el otro. [45] ¿Por qué la historia de los instrumentos financieros se detuvo antes de que estas instituciones fueron creadas?

Corporaciones

Los gremios — o algo similar — surgieron tanto en África del Norte como en el Sub-Sahara. Eran conocidos aún en el Egipto Ptolemeico. [46] La idea de un cuerpo corporativo tomando decisiones y conservando activos y pasivos también era comprendida. "[U]n gremio podría considerarse responsable corporativamente por la falta de pago de impuestos de uno de sus miembros." [47] Mabogunje encontró evidencia de un sistema gremial bien desarrollado entre los Nupe al norte de Nigeria alrededor del siglo XVIII, o antes, que era "de mucha formas comparable al de la Europa Medieval." [48]

Las Casas Canoe de los Ibo funcionaron de alguna forma igual que los gremios europeos y japoneses. El jefe de una casa podía tasar impuestos a los miembros. "En términos políticos, se convirtió en miembro del consejo del Rey — el sucesor de la asamblea del pueblo — que decidía sobre relaciones internas y externas. . . . Todos los miembros pertenecían directamente a la organización comercial del jefe o dependían de él para ser recomendados ante los mercaderes europeos." [49] Las antiguas casas dieron origen a nuevas. El jefe de una nueva casa dependía de la antigua casa con respecto al estatus político pero comerciaba independientemente. [50]

Los grupos etarios, las sociedades secretas y los clanes han estado entre los entes que organizaban las actividades económicas africanas. Todas estas han sido tradicionales para los pueblos que surgieron en el continente del Sub-Sahara. Al igual que los gremios de Europa y Japón, eran socialmente integradores y el comercio era únicamente una de sus funciones. Los grupos etarios del pueblo Mande y las sociedades secretas en la Nigeria del siglo XVIII "constituyeron foros para resolver conflictos que surgieron dentro de la clase gobernante o por lo menos dentro de la clase gobernante de una amplia comunidad étnica; establecieron valores para todos los ciudadanos a través de programas educativos; y regularon las actividades económicas." [51]

En el siglo XIX, en África Occidental existían muchas organizaciones comerciales pero su influencia sobre los precios y la competencia era pequeña. Al contrario, su mayor éxito radicaba "en representar los intereses de sus miembros en negociar con autoridades estatales y en ayudar a hacer cumpir las regulaciones con respecto a pesos y medidas y las leyes que se aplicaban a deudas, contratos y agencias." [52]

A pesar de estas negociaciones verticales, estas agrupaciones no se convirtieron en comunidades comerciales al igual que la Compañía de la India Oriental o en corporaciones modernas de responsabilidad limitada, instrumentos de deuda diversificados y accionistas, ni se expandieron a bancos de inversión y bolsas de valores.

¿Por qué abortaron estas Instituciones?

Antes de examinar por qué estas instituciones fueron abortadas, deben hacerse a un lado algunas explicaciones de desarrollo económico o de la falta de éste comúnmente asumidas: crecimiento poblacional, la naturaleza del comercio y el alfabetismo. Otras son la esclavitud y el colonialismo, que serán considerados en el siguiente capítulo.

Población

De acuerdo con la teoría demográfica, el crecimiento poblacional estimuló el desarrollo de Europa en los siglos del XI al XIII. La población de África aumentó poco antes del siglo XX. Las cifras de Colin Clark demuestran que la población europea aumentó el 23 por ciento por siglo durante el período crítico, desde 1000 hasta 1340 EC, mientras que la de África aumentó únicamente el 10 por ciento por siglo. [53]

La teoría demográfica propone que el crecimiento poblacional indujo a nuevos pueblos, la especialización y el comercio en Europa y que esto a su vez condujo al desarrollo económico. En África, sin embargo, nuevos pueblos, la especialización y el comercio crecieron por la falta de un fuerte crecimiento poblacional y sin llevar a un desarrollo económico sustancial. Ya que la parte media existe sin el prerrequisito presunto o el efecto presunto, la teoría demográfica es incompleta.

Comercio Externo versus Interno

Otros observadores apuntan a la orientación externa de Europa — sus exploradores y comerciantes en el extranjero — mientras que África se volcó hacia el interior o dependió de los barcos de otros países. Pero Japón hizo en gran parte lo mismo que África, por lo menos durante el período Tokugawa (1603-1868). Además, ninguna buena teoría explica por qué el comercio hacia el exterior debería ser mejor que hacia el interior. Si mejores oportunidades dirigieron a los africanos hacia el comercio dentro de África, el desarrollo económico requeriría que ellos se volcaran de esa forma.

Alfabetismo

Aún otros observadores han sugerido el analfabetismo de África como un impedimento para el desarrollo económico. Esta propuesta requiere una mayor comprensión de la que se tiene actualmente sobre por qué cualquier sociedad se vuelve alfabetizada, tal como los antiguos egipcios, árabes, romanos, griegos o chinos.

El analfabetismo podría haber detenido a los africanos del Sub-Sahara en su búsqueda por sistemas monetarios y corporativos, pero su innovación de otras formas hace difícil creer que ellos no podrían haber inventado el alfabetismo, los números y la contabilidad si los hubieran necesitado. Nada en los sistemas africanos de comercio y finanzas sugeriría ninguna necesidad de estas invenciones. Por lo tanto, ellos probablemente salieron bien sin ellos, por lo menos hasta a finales del siglo XIX.

Esclavitud y Colonialismo

Muchos ven la esclavitud y el colonialismo como las razones del desarrollo abortado de las instituciones del crecimiento económico. Seguramente, estos eventos desastrosos desempeñaron su parte, tal como se discutirá en el siguiente capítulo. Pero aún antes del oleaje de la esclavitud europea y mucho antes de la conquista colonial, los africanos ya estaban demostrando señales de atraso con el poderoso crecimiento económico que estaba ocurriendo en el noroeste de Europa.

Fracaso del Proceso de Difusión del Poder

Las instituciones del crecimiento económico — derecho, moneda, corporaciones, mano de obra remunerada y similares — pueden haber sido abortadas porque fueron manejadas como reglas u organizaciones por el estado centralizado y no se formaron principalmente mediante la interacción de muchos grupos a nivel de las bases. En su mayor parte, el estado era gobernante, productor, mercader, oficial ejecutivo y juez, sin ninuna separación de poderes. Aunque los bienes locales eran vendidos en mercados libres, la mano de obra y el capital frecuentemente eran robados o secuestrados cuando los recursos familiares eran insuficientes. Esto ocurría si el estado/productor/mercader era una ciudad-estado pequeña tal como entre los Hausa, o una Casa Canoe tal como entre los Ibo, o en tribus o clanes que actuaban como estados o en grandes imperios con pueblos conquistados. La simplicidad o la complejidad de los estados, la cantidad de su poder y el tamaño de sus burocracias se correlacionaba principalmente con el comercio. En muchos casos, el estado surgió o decayó con el comercio.

"Estado" en el contexto africano puede ser muy diferente al concepto occidental. Al escribir acerca de África Occidental de los siglos XVII al XIX, Obayemi distingue entre mini-estados y mega-estados. Los primeros son linajes "unidos para formar la comunidad. [Se] caracterizan por un número de asentamientos a distancias variadas entre ellos, distribuidos en todo su territorio." [54] Los últimos son imperios establecidos por algunos grupos o clanes conquistando a otros.

Según Obayemi, el comercio a larga distancia fue la razón principal para formar mega-estados en África Occidental, ya que el comercio y la realeza estaban "estrechamente vinculados." Probablemente "el poder de los reyes se derivó de alguna forma u otra de su participación en el desarrollo del comercio local y probablemente a larga distancia en el área." [55] Por lo general, no había una estipulación en contra del comercio a larga distancia aparte del estado y en el siglo XIX existían organizaciones comerciales privadas. Sin embargo, a fin de cuentas, la síntesis de la organización económica y el estado politico ha sido abrumadora y continúa así actualmente.

Casi siempre el poder del jefe de estado era primordial; la ventaja económica era secundaria. La seguridad era un factor principal. A menos que uno llevara la magia del musulmán, simplemente no era seguro transportar bienes a largas distancias sin la protección del estado. Algunas veces se sugiere que los jefes estaban restringidos por la costumbre tribal. Si bien esto puede ser así en alguna medida y en algunos lugares, más frecuentemente su poder era abrumador, su crueldad grande y ellos mismos definían la costumbre.

La crueldad de los jefes es un sinónimo entre los Mambwe; ellos enfatizan el poder y la autoridad que el jefe tenía sobre sus vidas y su propiedad en el pasado . . . Su poder para tomar la vida de un hombre era su característica más importante. [56]

Las ilustraciones del papel dominante del estado en el comercio son muchas. El Egipto antiguo sirve como un prototipo:

El gobierno ptolomeico [era] uno de los más eficientemente dirigidos y la burocracia jerárquica más rígida que se haya creado; un régimen administrativo cuya raison d'être era el enriquecimiento de la monarquía a través de una economía altamente organizada y estrictamente controlada. . . . La administración contaba con un equipo de oficiales y burócratas, registrando y regulando las actividades y obligaciones de los súbditos del rey, hasta el último detalle del trabajo forzado que cada hombre capaz de trabajar estaba obligado a desempeñar . . . [57]

Cuando Gray argumenta que los líderes innovadores en lugar del determinismo histórico influenciaron la historia de África del siglo XVII, menciona a gobernantes en lugar de ciudadanos privados como aquellos que contribuyeron al progreso económico y tecnológico. "Cada vez más, uno puede discernir el impacto de las personalidades individuales, avances tecnológicos e innovaciones intelectuales o ideológicas. . . . Iyasu I de Etiopía, Mai Aloma de Bornu, Garcia II de Kongo y la Reina Nzinga de Matamba o Herry del Cabo, son todos claramente reconocibles." [58]

"Los estados en el grupo Yoruba/Aja [en los siglos XVII y XVIII] ejercieron amplios poderes sobre la moneda y el comercio. Habiendo desarrollado un sistema monetario basado en cauries, el tesoro estatal controlaba la entrada y circulación de la moneda. El comercio exterior estaba exclusivamente bajo la administración del gobierno central. . . . La producción y distribución también estaban en alguna medida bajo el control central." [59]

"En algunas partes de África, el desarrollo del comercio a larga distancia estuvo acompañado por el crecimiento de los estados para controlar y regular el comercio. Sin embargo, en la cuenca de Zaire, los micro sistemas de gobierno que se dispersaron por el área permanecieron mayormente independientes entre sí. . . . . Cada mercado estaba bajo el control de un jefe de mercado, usualmente el jefe del interior quien controlaba la tierra en la cual se encontraba el mercado." [60]

En los estados Mossi de África Occidental, 1500-1800, los "superávits agrícolas pasaron por varias formas de impuestos a los jefes locales, quienes eran capaces de mantener cortes, con frecuencia réplicas a pequeña escala de la del rey, y de equipar y entrenar a un número de sus parientes como soldados de caballería que podrían movilizarse en tiempos de guerra." [61] "En 1600, el maloango era un rey poderoso cuya influencia se extendía no solamente sobre su propio reino de Loango, sino también sobre toda la costa [atlántica] desde St. Catherine al norte hasta los reinos más pequeños de Kakongo y Ngoyo en el sur. . . . El comercio interno era conducido a través del rey, cuyo gobierno recolectaba impuestos y usaba el superávit no consumido para intercambios comerciales." [62]

"Mucho del comercio al sur de África en el siglo XVIII ocurrió como un tributo, conducido por embajadas reales:" [63] El comercio en el Imperio Luba en África central a principios del siglo XIX era "un intercambio vertical, con los productores pagando al jefe una parte de sus productos en especie y recibiendo a cambio recompensas materiales derivadas de los tributos de otros. Tal sistema no fomentó el comercio horizontal entre productores y no condujo al surgimiento de mercaderes a tiempo completo. . . . Por otra parte, cuando los mercaderes externos establecieron vínculos con los líderes de Luba, estos gobernantes estuvieron inmediatamente en posición de entrar en negocios como emprendedores monopolistas. . . ." [64]

Abundan otras ilustraciones del dominio del estado en el comercio.

  • Mabogunje escribe que las tierras confiscadas por los Fulani en los siglos XII y XIII se convirtieron en propiedad del estado. "Cuando los pueblos Yoruba/Aja decidieron que la empresa familiar ya no era lo suficientemente fuerte para enfrentar el reto europeo," continúa, "se decidieron por una fuerte monarquía central." [65]
  • Horton describe cómo las sociedades sin estado evolucionaron hacia estados por gobernantes invitando a los recursos económicos y la empresa. [66]
  • Wilks y Hopkins escribieron sobre la propiedad que los jefes tenían sobre la minería. [67]
  • Marks y Gray cuentan cómo una vez que las necesidades de la corte real estaban cubiertas en Butua, a nadie se le permitió industrializarse más, posiblemente para reducir cualquier amenaza para el gobernante. Además, las expediciones comerciales de Rozvi fueron consideradas como embajadas oficiales; únicamente personas influyentes podían participar. Birmingham explica cómo los reyes Lozi y Kongo controlaron los recursos económicos de sus imperios. [68]
  • Alpers cuenta sobre la concentración de riqueza en el gobernante Tutsi de Ruanda, con los Hutu convirtiéndose en un poco más que siervos. También explica cómo Buganda obtuvo su superioridad sobre Bunyoro en el siglo XVIII al hacer del comercio un monopolio real. [69]
  • Chanock escribe que en Malawi y Zambia en el siglo XIX, "los jefes reclamaron el control sobre el derecho de movimiento y asentamiento de personas." [70]
  • Según Marks y Gray, los jefes del norte de Nguni monopolizaron el comercio del Ganado y del marfil en el siglo XIX y los jefes Xhosa lo dominaron en su región. [71]
  • Wilks explica que los Asante manejaron enpresas estatales. [72]
  • Según Birmingham, en el Imperio Lunda en el siglo XVIII "el control de la economía externa del país se convirtió en una función central de la autoridad real." [73]
  • Entre los Ngonde, según Alpers, el gobernador de la dinastía Kyungu representó a todo su pueblo en los tratos iniciales con los mercaderes y a partir de esto incrementó su poder económico controlando el comercio de la exportación del marfil. [74]
  • Hopkins cuenta de mercaderes oficiales transando negocios para el estado en los reinos y ciudades-estado que ahora son Nigeria. [75]
  • Richmond cuenta cómo Mohammed Ali, el virrey otomano de Egipto a principios del siglo XIX, exigió que todas las cosechas fueran entregadas al estado a precios fijados por éste. [76]
  • Unomah y Webster cuentan cómo los gobernadores internos en África oriental controlaban los movimientos comerciales protegiéndolos militarmente. [77]
  • Marks y Gray explican cómo la propiedad de esclavos por parte de los jefes Loango en el siglo XIX condujo a su control sobre la tierra y el comercio. También describen cómo el jefe Tswana "tuvo poder supremo religioso, judicial, legislativo y ejecutivo sobre su pueblo y controló el comercio." [78]

Estos ejemplos apoyan la generalización de que los estados africanos han dominado la producción y el comercio desde los primeros siglos, frecuentemente con la exclusión de otros grupos o la empresa privada.

El poder político y militar determinó la fuerza económica tanto como al contrario. En consecuencia, los estados al norte de África — Egipto y Maghrib — fueron ambos más poderosos y más prósperos que aquellos al sur del Sahara. Los imperios de Ghana, Mali y Songhai surgieron y decayeron con las grandes rutas comerciales del Sahara. Etiopía se identifica con el comercio del Mar Rojo, mientras que los estados árabes en la costa oriental y en Zanzíbar dependieron para su existencia como nación del comercio con India y China. Este comercio ayudó a formar imperios en el interior tales como Lunda, Bunyoro y Buganda, para vincularse con el Océano Índico así como con el Atlántico.

Las selvas centrales africanas — Camerún y su interior, donde la tierra era abundante y las facilidades geográficas para el comercio eran escasas — fueron el hogar de pueblos sin un estado, que no participaban mucho en la empresa económica. Más al sur, donde el sistema del Río Congo unía a África central con la costa atlántica, surgieron otros grandes imperios comerciales: Kongo, Loango, Bobangi, Luba y Lunda, para mencionar únicamente algunos. A medida que la base de la tierra se redujo a un cono y los ríos Zambezi y Limpopo ofrecieron más transporte, se formaron nuevos estados comerciales tales como Zimbabwe, Mwene Matapa, Butua, Rozvi y Mozambique.

El vínculo entre comercio y estado no debe exagerarse. Algunas veces, el comercio tendió a separar los estados en lugar de unirlos. Por ejemplo, el Imperio Kanuri "gobernado por reyes de fama internacional. . . se basó en un equilibrio inestable entre fuerzas centralizadoras y desintegradoras." [79] Resultó en una guerra civil.

Laroui argumenta aún que "en la historia de Maghrib, el comercio marítimo, aunque con frecuencia considerado como una marca de prosperidad, ha ido de la mano con un debilitamiento de la autoridad política" [80] (mis itálicas). Esta declaración no documentada — aún si es verdadera para Maghrib — no representa la generalidad para el comercio no marítimo en el resto de África.

Mientras la categoría de estado en Inglaterra, Francia, los principados alemanes y Japón también dependía del comercio, las propias identidades de estos países, sus nacionalidades y sus geografías no estaban tan intimamente vinculadas al comercio internacional como lo estaban las de los estados africanos. Los mercaderes independientes en Europa y Japón surgieron como un contrapeso del estado.

Razones para el Fracaso de la Difusión del Poder

El papel central del estado en el comercio, junto con su interés primordial en el poder y la seguridad sofocó la difusión del poder en África y retardaron el desarrollo económico por las siguientes razones.

Primero, no existía una forma efectiva para traspasar la tierra y otra propiedad fisica de usos menos eficientes a usos más eficientes. La soberanía no era diferente a la propiedad de la tierra. La enajenación de la tierra para individuos dentro de la tribu requería del permiso del jefe. Fuera del sistema de gobierno, hubiera sido una cesión impensable de la soberanía.

Segundo, no se desarrolló un mercado laboral independiente. Ya que el poder productivo de la gente estaba orientado hacia el estado, no existía la necesidad de un mercado laboral libre. La esclavitud y el matrimonio eran utilizados para mover la mano de obra de áreas donde era abundante a aquellas donde sería más productiva. Tampoco es un medio eficiente de asignación de la mano de obra.

Tercero, no existía forma para decir cuándo cambiaban las preferencias del consumidor. Los bienes a ser consumidos eran suministrados en su mayoría por la agricultura doméstica y lo que el jefe decidía importar. Por lo tanto, los cambios de servicios, incluyendo la propensión a invertir, podían sofocarse.

Cuarto, no se formaron suficientes grupos independientes para desafiar a las autoridades y para competir con ellos. Sin tal desafío y negociación, la capacidad cultural para negociar y comprometerse en asuntos comerciales no maduró lo suficiente para conducir a operaciones económicas complejas. Si bien los africanos eran muy buenos con el compromiso dentro de su clan y otros círculos pequeños, no extendieron esta facilidad a círculos económicos más amplios.

Quinto, por todas las razones antes mencionadas, los mercaderes no escribieron ordinariamente contratos modernos, no tenían los mercados en los cuales cumplirlos o los tribunales para hacerlos cumplir y no confiaban entre ellos lo suficientemente para querer entablar estas actividades.

Sexto, la confrontación y la guerra se convirtieron en el medio principal de "resolver" disputas; el término está dentro de comillas porque — tal como Bozeman sugiere [81] — no se esperaba resolver las disputas en un sentido occidental. Únicamente podrían ser contenidas, indefinidamente.

Las anteriores afirmaciones dan lugar a más preguntas, aún más controversias, que las que resuelven, porque todas son relativas. La autoridad central tenía sus compensaciones tales como una nobleza con título o grupos tributarios lo suficientemente separados como para actuar independientemente o la incapacidad del gobierno para controlar todo comportamiento. No obstante, estas proposiciones reflejan la generalidad abrumadora acerca de la mayoría de África para la mayoría de la historia conocida antes de colonialismo. En el Apéndice 7.2 se encuentran referencias históricas adicionales al dominio del estado africano sobre el comercio, la tierra y otros recursos.

Poder y Apalancamiento

Pueden adelantarse dos razones para el fuerte poder del estado sobre la producción y el comercio. Ambas son especulativas. Primero, en los grandes espacios abiertos de África, hasta el siglo XX los pueblos gozaron de migraciones a largo plazo y escapes a corto plazo entre ellos. Segundo, siguiendo la tesis de Goodell mencionada en el Capítulo 5, a través del comercio generalizado que ellos controlaban, los jefes se volvieron tan ricos que no tenían que negociar con sus súbditos.

No fue sino hasta finales del siglo XIX o en el siglo XX que la mayoría de africanos enfrentaron la escasez de tierras que en otra parte había forzado la cooperación entre culturas o grupos cuya supervivencia habría estado amenazada de otra forma. Aunque algunas sociedades africanas desarrollaron un tipo de vasallaje, no surgió ningún feudalismo contractual similar al de Japón y Europa y se formaron pocas alianzas verticales. Las instituciones de depósito tales como los sistemas financieros, monetarios y legales fueron abortados, en parte porque no se necesitaron mayores avances para los tipos de comercio en los cuales los africanos estaban participando y en parte porque la cultura esencial de negociación no se había desarrollado lo suficiente.

Si bien se ha encontrado evidencia de algún pluralismo incipiente con la posibilidad de apalancamiento, tales instancias no pasan las páginas de las historias africanas tan voluminosamente como lo harían aquellas del noroeste de Europa y Japón. No obstante, debe examinarse la escasa evidencia para ver por qué no se alcanzó un umbral crucial para poner en movimiento el proceso de difusión del poder.

En Egipto del primer siglo EC, "las instituciones contrarrestantes y prácticas desarrolladas — autoridades alternativas lo suficientemente fuertes como para obligar al gobierno a fomentar la cooperación en lugar de coartarla. Tal fuerza, por supuesto, necesitaba una base económica; . . . la iglesia tenía tal base, tanto en su totalidad como en sus partes constituyentes, particularmente los monasterios que son ejemplos excelentes de tales instituciones ofreciendo protección a sus internos." [82] Este apalancamiento podría haber mejorado el equilibrio de poder entre la iglesia y la monarquía en dirección del pluralismo, si las instituciones egipcias no hubieran sido comprometidas después por la anarquía a través del Imperio Romano, incluyendo a Egipto.

Wolfe escribe que "el mantenimiento del poder [en África del Norte en el siglo XIV] dependió de mantener el control de la región a través de su élite y de alianzas efectivas con grupos pastorales capaces de defender las rutas de las caravanas y oásis en las tierras del interior. Impugnar el control significó formar alianzas con segmentos tribales desafectos y obtener la cooperación de mercaderes y artesanos descontentos." [83] En lugar de mejorar su estatus gradualmente mediante alianzas verticales, sin embargo, los sectores "descontentos" aguardaron su momento hasta que pudieron tomar el poder ellos mismos. Con suficiente estabilidad en el gobierno central, el proceso de difusión del poder no estaba funcionando.

En el siglo XVI, los mercaderes portugueses asentándose en el Kongo formaron alianzas verticales para jugar con los intereses de Kongo y Portugal, alternativamente. Pero parece que simplemente retuvieron su estatus en lugar de mejorarlo a través del apalancamiento. [84]

En Dahomey, Oyo, y Benin en el siglo XVIII, el poder estaba diversificado con cheques y balances sobre cada autoridad.. "El olu de Warri alardeó de su independencia del oba de Benin, pero su poder era limitado por el de tres nobles. . . . [H]abía competencia por la posición y el poder entre los varios dignitarios, . . . el poder del oba se reducía en relación con el de la nobleza colectiva, la élite con título se interponía entre el oba y el resto de sus súbditos. [85] Ya que este tipo de pluralismo recuerda al noroeste de Europa y Japón, ¿por qué grupos de súbditos tales como los esclavos y hombres comunes libres, no ofrecieron su apoyo a la nobleza o al oba o al olu en sus conflictos entre ellos a cambio de mayores privilegios? En ausencia de alguna evidencia de que esto ocurrió, uno solamente puede especular o que los grupos élite en competencia estaban lo suficientemente unidos en su sumisión de las clases bajas o que las clases bajas consideraron que la probabilidad de éxito era muy poca, especialmente si debieron aliarse con el grupo perdedor.

Birmingham escribe cómo "el crecimiento económico y político de Luba comenzó a debilitarse" alrededor de 1870, con un "feudalismo constante entre facciones reales." [86] Uno puede preguntar por qué la clases más bajas no aprovecharon estas divisiones para hacer alianzas verticales. Posiblemente, el apalancamiento exitoso requiere alianzas con grupos más fuertes relativamente estables; si no, el riesgo de perder es demasiado grande. Para esta época, Luba no era una sociedad estable.

El fracaso del desarrollo económico puede encontrarse en última instancia en la geografía, especialmente la gran disponibilidad de tierra en África. La gran fluidez de grupos de interés, y de hecho de sociedades enteras en África, no condujo a alianzas verticales con apalancamiento. Las migraciones, la formación y disolución de estados, la captura y esclavitud, el rápido surgimiento y caída de estados, nuevos imperios y su rompimiento, todos impidieron la estabilidad esencial, en contraste con el noroeste de Europa y Japón. En consecuencia, las circunstancias no forzaron a los africanos a negociar y a comprometerse más allá del clan o tribu. Como resultado, el proceso de difusión de poder no ocurrió y las instituciones requisito para el desarrollo económico durable no se enraizaron.

 

Notas

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  22. Harms 1981. Harms es un antropólogo que vivió entre los Bobangi, recolectando su evidencia de todo escrito o registro arqueológico existente, pero en su mayoría, de la historia oral, no solo entre los Bobangi sino tambiéen entre los pescadores de otras tribus.
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Copyright © 1994 by the University of Michigan. First published in the USA by the University of Michigan Press, 1994.

Published on the World Wide Web by The Quaker Economist with permission from the University of Michigan Press, 2005.

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