Previo
Una Historia de Riqueza y Pobreza, por John P. Powelson.

Capítulo 3

Japón: Instituciones y Crecimiento Económico

 

A lo largo de los siglos, el proceso de difusión del poder cambió el desarrollo económico de Japón de tres diferentes maneras, las cuales serán discutidas en las primeras tres secciones de este capítulo. Primeramente, aunque las autoridades (emperador, shogun y daimyo) trataron de moldear a las instituciones de crecimiento económico para ventaja propia, se puede decir que en su mayor parte fracasaron. Estas instituciones — mercados y empresas, mano de obra asalariada, dinero y finanzas y leyes comerciales — fueron formadas principalmente por los productores, comerciantes y financieros que las usaban. Segundo, durante los siglos diecisiete a diecinueve, las instituciones apoyaban crecimientos económicos fenomenales, que se acercaban a las del oeste. Por este motivo es que los autores occidentales no han conferido el crédito japonés adecuado. Tercero, el proceso de difusión del poder básicamente creó una economía liberal, o una que estaba fundada sobre la libertad del comercio. La cara actual de Japón ante el mundo, una de relación gobierno-empresa ("Japan Inc."), no es un indicador confiable del grado de liberalidad, culturalmente hablando, de la economía de Japón. En la cuarta sección, descubriremos que la muy promocionada "adopción de las instituciones occidentales " al final del siglo diecinueve, apenas consistían de cambios marginales dentro de las instituciones que ya habían sido creadas por los japoneses.

 

Las Instituciones de Crecimiento Económico

Empresas y Mano de Obra Asalariada

La historia de las empresas en cualquier parte, es una lucha entre aquellos que participarían en ella — negocios, clientes, proveedores y acreedores — y los grupos administradores que establecerían los términos y beneficios fiscales. Dentro de una generalización amplia, en la mayoría de los casos, los participantes ganaban esta lucha tanto en Japón como en Europa nor-occidental, mientras que los administradores la ganaban en otras partes. (En las democracias modernas, a manera de excepción el gobierno en el poder regula a las empresas, para asegurar que estén cumpliendo con las leyes y que estén cumpliendo con las políticas públicas. Si esta regulación busca su propia ventaja, o contesta a intereses especiales, o talvez cumple con algún interés público amplio lo que podría ser muy discutible; sin embargo en este punto, no me uno a este debate. El período bajo discusión es el pre-democrático, dentro del cual los motivos del gobernante eran para sus propios intereses, y por lo tanto aplican las generalizaciones de este párrafo.)

Como en muchos otros lugares, las empresas en Japón tempranamente formaban sus gremios. Aquí y en otras partes, las gremiales restringían la producción, incrementaban los precios, y ejecutaban las oportunidades para las personas de fuera. Sin embargo, durante el siglo catorce, las gremiales abrieron las oportunidades, cuando dentro de Japón estaban rodeadas por concentraciones de poder aún más grandes. Generaban trabajos a cambio del pago de salarios, adonde anteriormente los trabajadores habían sido esclavos, siervos, o habían estado confinados a las empresas familiares y que desafiaban la omnipotencia de los shogun y los nobles. Sobre todo, había grupos de cooperantes que confiaban en sí mismos, comparados con un ambiente japonés externo adonde la guerra, la desconfianza y la coerción eran lo usual. Las gremiales introdujeron una democracia partidista limitada, excluyendo a muchos mientras que admitían elementos previamente excluidos. Aunque algunos individuos se habían unido a entes empresariales con anterioridad, las gremiales les demostraron como era que las empresas entrarían en operaciones económicas, y que los individuos actuando separadamente no podrían hacerlo.

A inicios del siglo diecisiete, las gremiales monopolizaron casi cada rama del comercio, estableciendo barreras bajo la licencia del daimyo. En varias ocasiones los gobernantes — entre ellos Hideyoshi, Nobunaga, y Tokugawa Ieyasu—trataron de reprimir a las gremiales, sin embargo no lo lograron — este es otro ejemplo de la difusión del poder.

Se podían comercializar las membresías en las gremiales (kabu-shiki). Comercializando acciones dentro de un monopolio podría incrementar la efectividad de la distribución debido a que se facilitarían las fusiones o las disoluciones, y así poder abordar una empresa de tamaño óptimo.  Talvez se podría aprobar la eficiencia organizacional [1] si es que más gerentes eficientes comprarían el kabu-shiki de aquellos que eran menos eficientes. Las habilidades modernas con respecto al comercio podrían localizarse en la experiencia japonesa dentro de una economía de mercado no solo en bienes sino que también en derechos y acciones.

Ya cuando se comenzaba a extender el pluralismo dentro de las oficinas y en los shiki en todos los rangos del sho-en, salvo la excepción de los trabajadores sin tierras y los esclavos, así también se proliferaron las gremiales: en números y en miembros; en nombres, tales como za, onaka, kabu, nakama, kumiai, kabunakama, y tonya; y en títulos y tipos de funcionarios. [2] A veces y en algunos lugares, la membresía estaba abierta, y en otros se encontraba cerrada. Muchas veces las autoridades prohibían el establecimiento de gremiales, únicamente para ser indultadas.

Finalmente en 1868 durante la Restauración Meiji, se abolieron las gremiales. Sin embargo, no era por capricho de los shogun o los daimyo, quienes habían sido despedidos, ni por el emperador. En lugar de ellos, las gremiales ya no servían a los intereses de los grupos que habían negociado su creación. Estos intereses serían mejor servidos a través de empresas de negocios (kaisha) y contratos civiles cuyas formas de hacer negocios estarían siendo determinadas a través de leyes parlamentarias y a través de las cortes. Lo mismo estaba sucediendo durante el siglo diecinueve en el nor-oeste de Europa.

 

Dinero, Banca y Créditos

La historia monetaria en todas partes es una lucha entre aquellos para quien el dinero es un medio de intercambio y facilitador del comercio, y aquellos que buscan obtener ganancias a través de la manipulación de su valor. En compensación, el primero ganó en Japón y en el nor-oeste de Europa, mientras que el último ganó en la mayor parte del mundo. (En las democracias modernas, una moneda estable para el bienestar público podría ser la meta de las autoridades monetarias independientes. En las pre-democracias, las monedas estables eran la meta de los gobernantes únicamente si les servían a sus propios intereses).

El sistema monetario de Japón fue creado por iniciativas independientes. Durante el siglo once, en las casas de cambio se comercializaban diferentes tipos de monedas. [3] Durante el siglo trece, a los prestamistas y agentes financieros se les podía encontrar en ferias comerciales. [4] Los términos tales como descuento y cargos por cambio se pueden encontrar en los documentos del siglo quince. Reflejando la expansión económica de los siglos catorce y quince, tanto los nobles como los comerciantes, acuñaban sus propias monedas, las cuales se mezclaban con las monedas recibidas por transacciones comerciales con Corea y China. Las monedas de oro y plata aparecieron por primera vez durante el siglo quince.

Después de intentar llevar a cabo la emisión de papel moneda durante el siglo catorce, ésta falló debido a la falta de confianza, [5] y los shogun consideraron que era más fácil alcanzar su riqueza, cobrándole impuestos a los prestamistas. Leyes especiales fueron emitidas en 1346, ostensiblemente para proteger a los prestamistas de cualquier robo, pero con la intención real de proteger sus propias extorsiones.

Durante el período Tokugawa (1603-1868), las autoridades amenazaron al sistema monetario privado de dos maneras. Primeramente, los shogun patrocinaron la acuñación de oro de sus territorios ubicados en el este, mientras que la plata estaba mejor favorecida en Osaka así como más al este. Trataron muchas veces de emitir nuevas acuñaciones basadas en oro, o trataron de controlar la tasa de cambio de manera que el oro fuera favorecido. Sin embargo, su poder dependía de la aceptación del otro. Cada intento introducía incertidumbres comerciales provenientes del cambiante valor del dinero. Segundo, los daimyo y sus samurais trataron una y otra vez de exprimir a los mercaderes.  Los samurai, ya no eran necesitados como guerreros durante la paz Tokugawa y se había convertido en administradores civiles de los feudos. Como tal, ellos mantenían ciertas prerrogativas sobre la población civil incluyendo a los mercaderes. Siendo de menor valor para los daimyo que durante los tiempos de guerra, los samurais no habían recibido incrementos salariales para ponerse a la par del costo de la vida. Por lo tanto, los daimyo y los samurais exigirían préstamos de los mercaderes quienes ahora se les veían como una nueva fuente de riqueza.

Las limitaciones sobre estos sistemas operaban con límites vagos. Por un lado los daimyo y los samurais no podían matar a la gallina de los huevos de oro, siempre exigiéndoles a los mercaderes todo lo que ellos tenían. Por el otro lado, los mercaderes no podían ignorar a los daimyo y a los samurais, excepto por su cuenta y riesgo. Estos funcionarios podían conseguir favores para obligar a los mercaderes y administrar castigos a los otros.

Ieyasu, quien fue el que inició el reinado de 265 años de la familia Tokugawa, prohibió el acuñamiento privado, estableciendo sus propias acuñaciones de monedas de oro, plata y cobre, cada una con un valor unificado basado en un estándar de Oban, con monopolio en las monedas de curso legal. ¿Era esto una apropiación del poder, o era un intento para facilitar el comercio y las finanzas para los compradores, vendedores, prestamistas y prestatarios? Si el poder no hubiese jugado ningún papel, Ieyasu podría haber permitido que sus monedas compitieran con otras por cuestión de favores. De hecho, las monedas privadas continuaban circulando, siendo tácitamente permitidas. Aceptando los hechos, en el año 1616, Hidetada, el segundo shogun de Tokugawa, decretó una no-discriminación en contra de cualquier acuñación. Cualquiera que discriminara sería marcado en la cara con un hierro de marcar, y todos los habitantes de ese pueblo recibirían una multa. Lo que no está claro es hasta que punto se habrá aplicado este edicto.

Durante los primeros años, los shogun de Tokugawa se sentían orgullosos de su moneda, rehusando la oportunidad de desvalorizaciones. Sin embargo, el cuargo shogun, Ietsuna, si desvalorizó después de considerables discusiones. En respuesta ante un tesoro vacío, en 1965 su sucesor, Tsunayoshi, desvalorizó aún más. El dinero malo sacó al dinero bueno y los círculos comerciales estaban condenados a raíz del valor incierto de cualquier moneda. La batalla entre la manipulación de dinero como impuestos sobre los activos de los mercaderes y el dinero como forma de circulación inició en serio.

En algún momento durante la primera mitad del siglo diecisiete, los mercaderes de arroz comenzaron a especular en los mercados a futuros, emitiendo billetes en contra de arroz que aún no había sido cultivado. En 1653, el shogun prohibió esta práctica para los representantes de la ciudad del daimyo, pero no así para los mercaderes comunes. La prohibición falló y los contratos a futuros y letras de cambio lograron colocarse bien. Para 1860, más de un mil trescientos agentes comerciantes de arroz y más de cincuenta cambistas ya estaban trabajando. [6]

A principios del siglo diecisiete, un comerciante de Osaka llamado Kambei hizo un contrato para entregar arroz de los feudales a la ciudad. Los funcionarios del clan le emitieron boletos en forma de reclamos contra el arroz y así creó un mercado para dichos boletos. Éstos llegaron a ser utilizados como dinero dentro del comercio del arroz y los préstamos se emitían en contra de dichos boletos. Una prohibición emitida por un shogun en 1627 fue ignorada, sin embargo cuando Kambei falló debido a una mala cosecha, él fue castigado por vender corto. Dicha práctica cesó, aunque no se sabe a ciencia cierta si fue debido a la prohibición o a la falta de confianza. Takekoshi no solo reportó el caso de Kambei, sino que también una serie de intentos similares con respecto a nuevos instrumentos de crédito, los cuales eran sumamente populares pero de dudosa legalidad. [7]

Las liquidaciones hechas a través de letras de cambio también datan desde el siglo diecisiete. Mitsui Hachiroemon, cuya casa aún se mantiene como una firma japonesa muy fuerte, hizo contratos para entregar impuestos de oro y plata de los feudales y llevarlos al cuartel general de los shogun en Edo (el Tokio moderno) dentro de los siguientes sesenta días. Ofreció billetes como recibos para el oro y la plata. Luego produjo textiles terminados, los embarcó hacia Edo en un costo menor que los metales, los vendía por oro y plata y luego redimía los billetes. Ganó sobre el interés y sobre las ventas. [8]

A principios de los 1600, dos comerciantes en Osaka,—Kikoyo Goroemon y Kinokuniya Tozaemon— imprimían papel moneda que se podía canjear por plata. [9] Aproximadamente en 1640, otro comerciante, Tennojiya Gohei, emitió recibos de depósitos en pequeñas cantidades. Estos circulaban ampliamente y fueron copiados por otros comerciantes. Seguidamente, el papel moneda convertible fue emitido por daimyo. En 1630, los cambistas actuaban como bancos regulares y así fue que se establecieron las relaciones casa matriz-banco para efectos de transferencias inter-bancarias. [10] Por lo tanto, en el siglo diecisiete, en Japón funcionaban a la misma vez las principales instituciones de dinero y créditos conocidas en el Occidente. En su mayoría, las gremiales de comerciantes eran las responsables de iniciarlas. En realidad, "el grado de confianza entre los comerciantes fue muy notado por los escritores contemporáneos." [11]

Ya para el siglo dieciocho, el mercado de divisas operaba abiertamente y con horas regulares de negocio. Se colocaron los precios de compra y los precios de renta. La compensación de cheques se llevaba a cabo a través de los bancos. [12] Aún se requería una cadena de endosos y si alguno de ellos hacía falta, la letra sería rechazada. Aunque los comerciantes no emitían notas al portador, el banco sí lo hacía. Cualquiera que recibiera una letra girada sobre un banco, podía presentarla y en lugar de recibir un depósito, recibiría una "nota de depósito." Ésta circularía pero el tenedor corría el riesgo de la insolvencia del banco. La "integridad y la confiabilidad, eran las características de la típica casa de Osaka. El crédito era tan sólido que las letras y las notas pasaban libremente de mano en mano y después de una larga circulación, volvían al librador o al otorgante" [13] Aunque la moneda y los depósitos no estaban garantizados por el gobierno, las leyes en Osaka y en Edo les daban prioridad a su protección. [14] Solo podemos suponer que esta protección legal reflejaba el gran valor que se era colocado por los comerciantes urbanos con respecto a la integrad del sistema de créditos.

Estas descripciones de dinero, banca y crédito en Japón muestran el proceso de difusión del poder, el cual, antes del siglo veinte, el sistema monetario era modelado por los usuarios comunes más que por las autoridades. El poder de los usuarios, para influir sobre las finanzas era mucho mayor que el poder del gobierno.

 

Derecho

Igual que eu un sistema monetario, la evolución de la ley [15] en todas partes era una lucha entre aquellos con poder soberano para lograrlo y aquellos quienes preocupados por sus relaciones de negocios, relaciones personales y relaciones contractuales, establecían acuerdos para aceptar la naturaleza de la ley. En Japón, igual que en el nor-oeste de Europa, sin embargo no tanto en el resto del mundo, el último grupo por lo general ganaba la batalla. (Las leyes independientes con poder propio son características únicamente de las democracias modernas).

En sus inicios en Japón las leyes centrales eran promulgadas por el emperador, talvez a instancias de las familias que lo controlaban a él. Una constitución emitida en el año 604 proclamaba la supremacía del emperador. Los estatutos de Taika (645-52) definieron las unidades políticas y derechos de propiedad, los impuestos y los salarios de los funcionarios. En 702, se establecieron los códigos penal y administrativos (ritsu y ryo respectivamente). Le siguieron dos códigos integrales (Taiho en 710 y Yoro en 718).

Estos códigos ilustraban las leyes que fueron transmitidas por las autoridades, para poder controlar y extorsionar a sus sujetos. [16] Contrastaban con las leyes tradicionales de los sho-en. En la medida en que los emperadores perdían el control durante las agitaciones militares que luego culminaron con la Guerra Gempei, se privatizó la aplicación de la ley al nivel local. Únicamente cuando se encontraron con el poder compensatorio es que fueron forzados a comprometerse entre sí, con ikki, y con los campesinos. Un examen profundo de Grossberg, quien estudió las leyes del shogunato de Muromachi (1338-1573), aportó las siguientes observaciones, todas las cuales reflejan un cambio descendiente dentro del fulcro del poder: [17]

  • Primeramente, el shogun fue exitoso al transferir la jurisdicción sobre muchos casos, desde la corte del emperador a la suya propia.
  • Segundo, muchas de las leyes del shogun aparecen más como peticiones moralistas en lugar de decretos. El shogun deploraba las fechorías, tales como la confiscación de tierras o la falta de repago de una deuda, reprendiendo a sus sujetos instándoles a comportarse mejor. El Kemmu shikimoku de 1336, a veces referido como el código legal, era más bien un conjunto de preguntas realizadas por el shogun a sus asesores, así como sus opiniones.
  • Tercero, la repetición de muchas leyes, tales como tenencia de tierras y cancelación de las deudas nos indica que las leyes anteriores no habían sido aplicadas.
  • Cuarto, las clases que no estaban acostumbradas al poder, tales como los plebeyos, sacerdotes y comerciantes, participaban en la justicia del shogun sin tener ningún grado de paternalismo.
  • Quinto, el desorden que oscilaba desde crímenes insignificantes hasta rebeliones abiertas, impidió que los shogunes aplicaran la ley durante más de doscientos años.

Además de las leyes al nivel de shogun, cada daimyo mantenía sus propias cortes. Aún más, los daimyo reclamaban nuevos poderes de administración. [18] Aquí en el feudo, las aduanas sho-en continuaban siendo una fuente significativa de ley y los asuntos de los pueblos continuaban arreglándose localmente.

La protección legal de los campesinos en ese tiempo, probablemente fue la contribución más significativa de la era Muromachi con respecto a la distribución del poder en Japón. Las leyes se refieren a regresarle las tierras a los plebeyos. Grossberg cita a Ishii, llamando a esta era "el apogeo de los derechos legales de los plebeyos." [19]

¿Por qué cedieron tanto poder el shogun de Muromachi a los daimyo? ¿Porqué se aplazaron las leyes tradicionales del sho-en en el momento en que el sho-en estaba desapareciendo? ¿Por qué aseguraron los derechos de la tierra para los campesinos? ¿Por qué se mantuvo el pueblo como una unidad política significativa? ¿Porque es que algunos escritores se han referido a este período como el "período de los progresos?" [20]

La posible contestación a todas estas preguntas es que el shogunato poco a poco se estaba debilitando, militarmente, mientras que Japón se estaba desintegrando en una confederación poco precisa de estados separados dentro de los cuales el daimyo, los pueblerinos, el shogun y todos sus criados se estaban disputando el poder y haciendo concesiones entre sí a cambio de apoyo. Así fue como dentro de esta disolución es que brotaron las semillas del pluralismo legal.

Durante la era Tokugawa, las leyes se expandieron y diversificaron, respondiendo al crecimiento de las gremiales, comerciantes, producción y préstamos de dinero, así como a los cambios en la tecnología agrícola y tenencia de la tierra. La mayoría de los cambios se realizaron en los pueblos con el feudo, o también a través de las regulaciones de mercado o reglas de las gremiales. Por lo tanto, principalmente se asumieron dentro de un libre mercado para instituciones, si bien es cierto que dichos comerciantes y propietarios de tierras eran más poderosos que los consumidores y los trabajadores.

Las leyes del shogun se relacionaban principalmente con la preservación del equilibrio del poder y manteniendo la paz, resolviendo conflictos entre los estados, reprimiendo el contacto con los extranjeros, imponiendo castigos y acuñando monedas. Estas leyes dirigían a una sociedad jerárquica que tenía distinciones de clases sumamente rígidas, y a los campesinos los mantendrían sin educación y "en su puesto." No obstante, los derechos de la gente común eran muy protegidos. [21]

El estudio de Wigmore (1969) sobre la ley Tokugawa, que consistía de diez volúmenes, fue desarrollado principalmente en las ciudades y mercados por agencias locales, que también incluían gremiales. Citando diferencias de lugar en lugar, él sin embargo encuentra una consistencia general. Principalmente, las leyes comerciales formalizaban tanto la ley tradicional e introducía nuevos principios concerniendo contratos (lo que constituye aceptación; la forma como los intereses de todos los partidos se protegen; cuándo es válido un contrato; como se determina su cumplimiento; de qué manera se resolverían los conflictos; daños, cancelaciones y asuntos relacionados); con respecto a deudas (de qué manera se incurren; cómo se resuelven); con respecto a reglas para vender y comprar, (de qué manera se determinan las fianzas; qué constituye entrega; notificaciones; calidad de los bienes), así como otros elementos de las leyes comerciales modernas.

Para la época de las Restauración Meiji en 1868, los japoneses ya habían clasificado a la par de aquellas naciones avanzadas, con respecto al aspecto integral, diversidad, y balancear los intereses en conflicto. Si los japoneses "copiaron" las leyes occidentales, los cambios eran marginales.

 

Conclusión

Los que los ejemplos anteriores de empresas corporativas, mano de obra asalariada, dinero y finanzas y leyes tienen en común es que estas instituciones fueron modeladas predominantemente a través de negociaciones y compromisos entre grupos de negocios y otros individuos que las usaban. Muchas veces los intentos de parte de grupos soberanos (daimyo, shogun o emperadores) para influir o controlarlos, se vieron frustrados por los humildes participantes.

 

Crecimiento Económico

El hecho de que desde 1868, la tasa de crecimiento económico de Japón ha sido mayor que la del occidente o que las áreas sub-desarrolladas, se ha visto muy documentada y existen muchos acuerdos al respecto. [22] Aún cuando se ha reconocido el crecimiento de las industrias y ciudades durante el período de Tokugawa, no es sino hasta hace poco que los historiadores han manifestado que la mayoría de los japoneses de aquella era tenían un estándar de vida muy bajo.

Ohkawa y Rosovsky [23], admitiendo que su evidencia era fragmentaria, y haciendo observaciones calificadas, ellos estuvieron de acuerdo con el retraso de Japón durante la era Tokugawa (1603-1886). También se afirma que "el crecimiento económico moderno en Japón inició. . . en algún momento después de mediados de 1880." [24]

Algunos escritores occidentales han sido sumamente paternalistas con respecto a los japoneses pre-Meiji. En un importante ejemplo de disparates insultantes, Hirschmeier [25] escribió allá por 1964 que "los hombres que habían sido criados con el ábaco no podía esperarse que. . . ejercieran iniciativas empresariales." Hablando en términos generales, eso es anti-histórico, y también nos dice: [26] que "La burguesía de Osaka—y podríamos tomar a este grupo como representativo de los comerciantes de la ciudad de Tokugawa en general—claramente no tenían el conjunto de actitudes requeridas, la mentalidad, para lanzar negocios modernos".

Sin embargo, al recopilar datos ampliamente fragmentados y analizarlos de manera detectivesca, Hanley y Yamamura [27] desafiaron esos hallazgos tradicionales. Ellos concluyeron que la economía japonesa creció pero en diferentes ritmos, a lo largo de todo el período Tokugawa; el comercio y la manufactura se expandieron más que la agricultura; que la productividad y los salarios reales aumentaron dentro del comercio y manufactura; y que debido a que la mano de obra se trasladó de actividades agrícolas a no-agrícolas, el aumento en los salarios reales se introdujeron nuevamente en la agricultura.

Hanley además apoyó estos resultados. "Información sobre vivienda y alimentos, calidad del agua en el área urbana y eliminación de desechos, así como estilos de vida fueron examinados junto con los preexpuestos representativos de las familias y dos juegos de cálculos de salarios reales. La evidencia . . . sugiere que el estándar de vida durante mediados del siglo diecinueve en Japón no solo era más alto que durante los 1700, sino que también era relativamente alto en comparación con la mayoría del occidente industrializado". [28]

Yasuba está de acuerdo, asintiendo de que durante el siglo diecinueve, "el estándar de vida de los japoneses podría no haber estado muy debajo del estándar de vida de los ingleses antes de la industrialización y ambos talvez estaban considerablemente más altos que el estándar de vida de la India". [29] Totman escribe acerca del crecimiento "fenomenal" en Japón durante el período Tokugawa. [30] E. L. Jones describe detalladamente acerca del crecimiento económico y los cambios culturales que ocurrieron en Tokugawa Japón. [31] Sin embargo, yendo más allá de las aseguraciones de estos autores, estoy sugiriendo que las raíces de este crecimiento fueron plantadas a través del proceso de difusión de poder durante los cuatro a cinco siglos anteriores a que la familia Tokugawa llegara al poder.

 

Agricultura

Los progresos agrícolas han sido reportados desde el siglo trece. Los artesanos encontraban empleo en las propiedades privadas, los mercados locales crecieron y nuevas especies de arroz y de otros tipos de cosechas como el té fueron introducidas desde China. [32] Unos nuevos trabajos de irrigación en el siglo catorce, resultaron en nuevas cosechas y en la producción de nuevos productos. [33]

Durante la era Tenwa, se abrieron campos y fincas nuevas (1681-83), y además se formaron pueblos nuevos. [34] Al escribir acerca de los nobles feudales del siglo diecisiete, Takekoshi usa un lenguaje nostálgico de los terratenientes innovadores de Inglaterra, durante ese mismo siglo: "Los nobles feudales y otros hombres de espíritu cívico distritos abrieron los distritos agrícolas en muchos lugares". [35] Acaudalados agricultores y posteriormente los mercaderes llevaron a cabo mejoras públicas usando sus propios fondos.

Las formas tradicionales de cooperación durante el siglo dieciocho, condujeron hacia la producción de nuevas cosechas y mejoras en el mercadeo. [36] La reclamación de tierras desde 1600 hasta 1862 hizo que el área bajo cultivo incrementara en un 64 por ciento. La productividad aumentó a raíz de nuevos animales de tiro, más fertilizantes, más hierro en los arados y en los azadones, y en la extensión de tener cosechas dobles. [37] Una labranza más profunda, el mayor uso de fertilizantes y la producción de cultivos industriales y comerciales fueron evidencia indirecta de mayores rendimientos. [38]

 

Manufactura, Comercio y Capacidad Emprendedora

También existe evidencia del crecimiento en la manufactura y el comercio en Japón en la era pre-1868. A pesar del cierre del país al mundo exterior desde 1635 en adelante, hubo mucho contrabando especialmente en los puertos al occidente de (tozama) daimyo. Además, el período Tokugawa vio un enorme incremento en el comercio interno.

 

Durante el siglo catorce, los sacerdotes y los templos comerciaban con China y Corea. [39] Los sacerdotes budistas invirtieron en oro y plata para comercializarla y ellos viajaban en los barcos de tributo, de manera reminiscente como que fueran ciudades italianas de la misma era. Los barcos japoneses también estaban inmersos en la piratería, fuera de las costas de China. Incrementaron las importaciones. [40] En 1369, el shogun asumió la jurisdicción sobre los prestamistas y los cerveceros de sake, lo cual anteriormente había sido controlado por los templos y los habían sujetado a pago de impuestos. [41] El comercio deberá de haber estado ganando importancia para que los shogun hayan tomado esta acción.

La evidencia con respecto a la capacidad emprendedora en la manufactura es abundante, a partir del siglo dieciséis. Los constructores japoneses de barcos copiaron inmediatamente los enormes barcos de los portugueses, después de que llegaran en 1543. Takekoshi le llamó a esta la edad de Genroku (1688-1703) "el que hace un hito en el desarrollo industrial" [42] y posteriormente cita a los empresarios, algunos por nombre, quienes estaban activos en la industria maderera, en el corretaje de arroz, transporte, transmisión de cotizaciones de precios, manufactura y exportación del hierro, comestibles no-perecederos, movimientos monetarios y banca e introducción de cosechas comerciales.  Daimyo trató de atraer nuevas industrias dentro de sus feudos, de la misma manera que lo hicieron los nobles medievales en Europa para las nuevas ciudades. Las grandes ciudades crecieron, especialmente Osaka, Kyoto, y Edo, pero también creció Nagasaki, con nuevas carreteras para el transporte por tierra y nuevas líneas de embarque, para conectarlas.

Estas escrituras históricas hacen que el panorama del sub-desarrollo y de la pobreza se describa de manera increíble, en muchas de las escrituras sobre Japón en el siglo diecinueve, sin evidencia cuantitativa. Escasamente más creíble son las aseveraciones frecuentes que dicen que la principal era del crecimiento económico únicamente inició cuando Japón había sido "abierto" por el occidente. El surgimiento de gremiales, del dinero y de la banca, de las empresas y leyes durante la era Tokugawa no podrían haber ocurrido, si no hubiese sido por el fuerte crecimiento económico.

 

El Crecimiento del Liberalismo

En varias ocasiones antes de 1868, las autoridades centrales de Japón trataron de comandar el libre comercio, cuando lo consideraron que sería para ventaja propia. Sin embargo, siempre fracasaron. No obstante, Japón progresó mucho con respecto al libre comercio, a través de siglos de negociaciones entre los productores, mercaderes, campesinos y autoridades locales, cada uno buscando el monopolio en su propia provincia, sin embargo cada uno dispuesto a llegar a acceder a tener como compromiso, un libre comercio limitado.  Esta sección esboza ese curso en la historia, hasta la Restauración Meiji de 1868.

En contraste con China, "la libertad del mercado y la formación de la vida empresarial independiente tuvieron características particulares de la vida [japonesa] económica feudal". [43] Hemos visto el libre mercado en shiki de propiedades. En contraste con la esclavitud de todo el resto del mundo anterior y contemporáneo, se reclamaban e irrigaban tierras en Japón durante el siglo ocho y la mano de obra era pagada por ciudadanos libres. [44] Sin embargo, Jacobs exagera la situación idílica para los mercaderes. Aunque el libre comercio existía en muchos lugares, mayormente los emperadores, shogun y daimyo trataban de restringirlo para su propia ventaja. [45]

Mientras que cada uno de los grupos quería tener un monopolio para sus propios productos, el libre comercio creció fuera de las alianzas de los comerciantes, con apalancamiento y saliéndose de las restricciones. Cuando los mercaderes huyeron del poder de los impuestos del emperador después del siglo doce, los templos budistas les ofrecieron un santuario, siempre que ellos aceptaran el libre comercio para que ninguno dominara al otro. [46]

El crecimiento del comercio ofrecía tentaciones irresistibles para que las autoridades políticas en todo nivel se beneficiaran del mismo. Hasta mediados del siglo catorce, los propietarios terratenientes (honjo) levantaban barreras de peaje en Kyoto con permiso de la corte imperial. Aproximadamente en 1346, el shogunato pasó una ley prohibiendo esas barreras de peaje: "Debido a que crean un obstáculo imperdonable para los viajeros que van y vienen hacia la capital, se deberán de desmantelar las barreras, tanto las nuevas como las que fueron establecidas anteriormente". [47]

El shogunato le estaba asestando un fuerte golpe a una importante fuente de ingresos de su rival, el emperador. Sin embargo en 1368, la corte imperial renunció al derecho de aprobación del shogunato (desconozco las circunstancias sin embargo presumiría que fue una muestra de poder de parte del shogun). Repentinamente, después de todo, el shogunato favoreció las barreras de peaje. [48] El crecimiento del liberalismo se movía de manera oscilante. Los daimyo establecieron barreras en sus límites, [49] pero dentro de sus feudos abolieron los monopolios y declararon que el comercio debía ser libre y exento de impuestos, para poder atraer a los comerciantes. [50]

En la medida en que las diferentes autoridades erigían las barreras para cobrarles impuestos a los comerciantes itinerantes, éstos a su vez se rebelaban a través de las gremiales. "Bajo el auspicio de una institución religiosa de mucho prestigio, la corte de Kyoto o alguna autoridad feudal local, a quienes les pagaban honorarios, y así fue que las gremiales lograron establecer protección en contra de las extorsiones impuestas por otras autoridades así como de algún grado de monopolio local bajo el cual podía florecer su comercio y la profesión". [51]

Dicho ejercicio de apalancamiento trajo consigo la liberalización en un nivel (libertad de la extorsión) pero también trajo la restricción en otro nivel (monopolio de asociación). Probablemente el resultado neto fue un paso hacia la liberación de los mercados. Entonces, aquí existe una insinuación de que los mercados libres podrían surgir no de pulverizar la economía, sino que equilibrando los monopolios entre sí. A veces, las gremiales les comprarían las barreras de peaje a los nobles para poder operarlas en beneficio de sus miembros. [52]

Entre los grupos opositores a las barreras de peaje se encontraban los campesinos, quienes se veían directamente afectados por un incremento en los precios de los bienes que compraban, así como los terratenientes quienes pagaban los costos de los peajes en los otros estados. Al suspender una guerra de impasse en 1485, dos caudillos de provincia retiraron a sus ejércitos y exigieron que los estados fueran devueltos por los gobernadores a los propietarios y que se prohibieran las barreras de peaje. En este momento, el ikki local estableció un gobierno para una parte de la provincia que controlaba, creando una "constitución" que prohibía los peajes. Un enorme levantamiento tuvo lugar por parte de los campesinos cuando el nuevo gobernador de provincia, quien representaba a los ikki, estableció peajes para cumplir con la necesidad de obtener fondos. [53]

A veces era difícil negociar para alcanzar políticas liberales dentro del comercio internacional. Cuando los comerciantes japoneses se frustraban, a raíz de las políticas restrictivas de Corea y China, por veces tomaban por la fuerza lo que querían. La distinción entre los piratas (Wako) y los comerciantes era muy ambigua. [54] En 1443 para disminuir la piratería, los coreanos liberalizaron sus restricciones en contra de los japoneses. Sin embargo los barcos de tributo pagaban un impuesto — el 10 por ciento durante el siglo catorce — a su regreso de la China. [55] Para el siglo dieciséis, los barcos mercantes comercializaban sin tener la interferencia del gobierno. [56]

Los pueblos se desarrollaron y los mercaderes disfrutaban de mayor libertad, con el fracaso del sho-en durante la era de Muromachi (1338-1568), igual como ocurrió durante el fracaso del feudalismo en Europa. El sho-en había intentado ser auto-suficiente, pero los pueblos no podían serlo. "El incremento en la libertad obtenida por el sector no-agrícola de la economía japonesa tuvo dos repercusiones importantes durante el período Muromachi,: el crecimiento de los pueblos y la consiguiente sociedad comercial urbana, así como la liberación de los mercaderes y artesanos de algunas de las limitaciones sociales". [57] En la medida en que estas ciudades crecían, así formabaon un mayor interés, el cual favorecía el libre comercio. [58]

Cuando Nobunaga unificó a Japón en 1568, declaró que el comercio debería de ser libre a lo largo de todas las islas. Se prohibieron todas las barreras y los peajes. Probablemente solo estaba reconociendo una situación existente. Las gremiales, que habían favorecido los peajes, habían fracasado durante las guerras anteriores. Los campesinos, mercaderes y la gente que vivía en las ciudades se oponían a los peajes y los evitaban siempre que podían. Otra posibilidad es que Nobunaga predijo el surgimiento del comercio e industria durante el siguiente siglo y quería prepararse para esto, promulgando políticas que se anticipaban a Adam Smith, quien aún no había nacido para esa época, en un país del cual Nobunaga posiblemente nunca había escuchado hablar de él. Ambas contestaciones poseen alguna credibilidad. Los pueblos y ciudades, el comercio, las artesanías y las gremiales estaban creciendo. La opinión pública estaba cambiando en un frente amplio hacia el libre comercio, no solo a nivel doméstico sino que con el comercio extranjero también. En Nagasaki y en Hirado no se exigían impuestos, y los impuestos sobre las importaciones gubernamentales eran insignificantes. [59]

Sin embargo, aún es probable que exista otro motivo. El daimyo ya había establecido el libre comercio dentro del feudo; Nobunaga avistaba a todo Japón como parte de su estado feudal y por lo tanto el libre comercio representaba el cambio de poder del daimyo para sí mismo. También abolió las gremiales, probablemente por el mismo motivo.

Las políticas de Nobunaga no duraron, aún cuando su antecesor, Hideyoshi lo confirmó, aboliendo todos los puntos de control en las carreteras, para poder promover el transporte. Sin embargo, el daimyo re-estableció los peajes aduaneros en sus estados feudales, los cuales no fueron abolidos sino hasta 1869. [60] En lugar de decaer ante el comando de Nobunaga, las gremiales se convirtieron en nuevas fuerzas que promovían y monopolizaban el comercio. Los comandos de Nobunaga fueron un ejemplo más de las reformas totales que no estaban en equilibrio con el balance de poder más abajo.

Durante la era Tokugawa (1603-1868), ese balance de poder cambió a favor de los comerciantes. Los monopolios de las gremiales comprobaron tener más peso que las barreras de peaje. Celoso del poder de las gremiales en 1622, el shogun intentó legislar el liberalismo nuevamente emitiendo un edicto: "Las transacciones comerciales deberán ser libres y nadie deberá de actuar de manera contraria ni combinar para incrementar los precios". [61]

No se podían aplicar las leyes del shogun. Muchas veces a los campesinos se les requería que vendieran a comerciantes de monopolio, según las leyes de dominio. [62] En la medida en que se abrían nuevas facetas de comercio e intercambio, cada una fue encomendada a algún grupo de monopolios o semi-monopolios: el transporte, principalmente entre Osaka y Edo; el comercio exterior en ciudades portuarias; casas de cambio; y compra y venta de arroz. En general, estos grupos de monopolios estaban registrados y eran controlados por la ciudad o por el feudo, aunque el shogun intentaba de vez en cuando, imponer sus propias regulaciones.

Cuando el capital de Tokugawa se mudó a Edo (el Tokio moderno), los samurais liberaron a Osaka del acoso y por lo tanto creció como centro de comercio. [63] Excedió a Edo con respecto al talento de negocios, riqueza y organización comercial. En otro intento de legislar el liberalismo, el Ministro Tadakuni Mizuno (durante las reformas Tempo, en el período 1841-43) abolió las gremiales y a todos los intermediarios, ordenando que las ventas se debieran de llevar a cabo directamente entre los productores y los minoristas urbanos. [64] Todos los sistemas exclusivos fueron destruidos durante un período de doce años y se decretó la libertad del mar. Sin embargo, los intermediarios eran un vínculo necesario. Las reformas fracasaron y fueron retiradas luego de un período de caos, al no estar de acuerdo con la realidad del mercado.

No obstante, el liberalismo al cual no se le podía imponer el mandato, creció por sí solo, no por control de los monopolios sino que debido a su debilitamiento a través de la proliferación; no por la aplicación de la ley, sino que por su evasión; no por control central sino que por la fragmentación de la autoridad. Se dificultó el liberalismo, principalmente debido a restricciones de parte de las gremiales: controles sobre los precios y procedimientos "correctos". Estos sin embargo, podrían ser compensados por comerciantes extranjeros o simplemente por grandes números en algunas gremiales, cuyas acciones eran más pasadas por alto de lo que eran supervisadas. [65]

Durante la misma era, la tenencia de tierras se fragmentó aún más y los poderes de decisión siendo más dispersos entre los agricultores a través de compromisos entre las principales familias y sus ramificaciones. En la medida en que habían rupturas entre las familias y se dividían las parcelas, es que las obligaciones paternalistas entre las ramas mayores y las más jóvenes dieron pié a la elaboración de contratos entre iguales.  La renta se pagaba en efectivo en lugar de ser pagada con servicios. Las parcelas se compraban, se vendían y se hipotecaban, haciendo surgir un mercado libre en bienes raíces. [66]

Los mercados libres también se fortalecieron cuando todos los intentos por controlar el comercio del arroz fracasaron. Desde finales de 1680, los campesinos vendían arroz directamente a los comerciantes en el estado feudal. [67] Este arroz era manejado en cada localidad, por agentes aprobados y competitivos, [68] sin en realidad ver el arroz, los postores interesados vendían competitivamente a los distribuidores, arreglando su entrega.

Sin embargo, los comerciantes de Tokugawa jamás estaban libres del control de los daimyo y/o de los shoguns. [69] Los daimyo organizaban monopolios por cada producto dentro del estado feudal y lo vendían a través de agentes especiales en Osaka. Algunos comerciantes "internos" específicos eran auspiciados por los shoguns o por los daimyo. Estos comerciantes actuaban como agentes de las autoridades, aplicando las regulaciones para beneficio mutuo. Talvez estas alianzas verticales eran precursoras de la cooperación de negocios del gobierno existente a finales del siglo veinte, que a veces era llamado "Japan, Inc."

Aún así, la unificación de la economía nacional, la proliferación de los comerciantes y la enorme cantidad de instrumentos financieros, presentaban el tipo de opciones asociadas con las economías liberales. El comercio y la industria florecieron a pesar del acoso de parte de los shoguns o daimyos. Los comerciantes casi siempre encontraban formas de obviar los obstáculos. [70] Los comerciantes del siglo dieciocho que no tenían conexiones con las gremiales, usurpaban los privilegios de las gremiales del comercio de importación en Osaka. [71] El balance del poder, mucho más favorable para los comerciantes, y las ganancias a raíz de la competencia y evasión de las reglas, eran fuerzas críticas para la evolución de un mercado libre.

Ya para el período de la Restauración Meiji en 1868, estaba establecida la base de la economía liberal. Los trabajadores eran libres y tenían movilidad, muchos productores se exacerbaban con las restricciones de las gremiales y los consumidores estaban más preocupados por las opciones. Cuando se derrumbó el sistema de gremiales, [72] a nadie le interesó defenderlo. Únicamente cuarenta y cinco años después del caos de las reformas tempo, es que ocurrieron reformas similares por acuerdo y no hubo siquiera un murmullo. El poder había cambiado hacia abajo.

 

La Adopción Supuesta de las Instituciones Occidentales

El punto de vista convencional en el occidente es que Japón a finales del siglo diecinueve, adoptó las instituciones de ley del occidente, el dinero, la banca y mercados financieros, la agricultura privada, una constitución, empresas, y democracia parlamentaria. Sin embargo, los japoneses veían a las instituciones europeas y americanas únicamente como cambios marginales, en caso de que existieran, de los que ellos habían creado. Su curso más económico era el de mejorar sus propias instituciones, seleccionándolas entre las occidentales.  

Dicha selección se llevó a cabo a través de compromisos tradicionales. Los daimyo entregaban sus estados feudales por voluntad propia, a cambio de los cargos de gobernador de las provincias. A los samurais se les pensionaba o se les daban nuevas posiciones administrativas. Aún a los shoguns derrotados se les trataba con honor. Los campesinos recibieron los títulos de propiedad, y de esta manera nadie perdió.  Para finales del siglo diecinueve, cuando la vida económica y política requería del consenso de muchos grandes grupos, en lugar de solo unos cuantos pequeños, se formalizaron las instituciones acostumbradas del gobierno central y se convirtieron en agentes de leyes personales y comerciales. Así fue como se inició la democracia parlamentaria.

Aún quedaban algunas preguntas difíciles de responder. ¿Quién gobernaría el nuevo Japón? ¿El emperador, a nombre de quien se habían hecho los cambios? ¿los daimyo occidentales, quienes habían planificado y organizado la restauración? ¿o un parlamento? Para resolver todas estas preguntas, los japoneses se acercaron a sus antiquísimas facilidades de compromiso. "[L]a tendencia japonesa hacia la ambigüedad, consenso y compromiso permitió que existiera un desarrollo evolutivo que se movilizó con increíble rapidez a lo largo del camino parlamentario, mucho antes de que lo hiciera Inglaterra". [73] El poder sobre los fondos conferidos por la constitución al Diet (Parlamento) le proporcionó el suficiente apalancamiento en su lucha contra los militares, para alcanzar la democracia. Únicamente si los militares hubieran estados dispuestos — lo cual no lo estaban — en derrocar la constitución, es que habría sido reprimido este apalancamiento.

Algunos estaban más listos para comprometerse que otros, y parecía probable que habría una confrontación entre los "demócratas" y los militares. Sin embargo, debido a que el proceso de difusión del poder ya había sucedido, es que la historia del siglo veinte no forma parte de este libro: la forma cómo Hara Kei lideró en forjar un sistema parlamentario, a través de compromisos repetidos con la elite militar; [74] las leyes sociales de 1910 y 1920; la crisis que condujo hacia la democracia Taisho a mediados de 1910; la realización de que las personas eran soberanas, aún sobre el emperador, cuando el Diet rechazó el comando del emperador para revertir un voto de no-confianza en 1913; [75] el apogeo del gobierno partidista y el progreso de los sindicatos de trabajadores durante la década de 1920; y la manera cómo el gobierno de Japón manejó la depresión durante la década de 1930. Durante una tragedia en la que su sumió todo el mundo, los militares, cuyo rol había sido ambiguo a partir de la restauración y el cual nunca estuvo claramente sujeto a la autoridad civil, usó este poder para ganarle por mano a la democracia durante la década de 1930, tomando acciones extra-parlamentarias para iniciar una guerra en Manchuria. Talvez—y así esperamos que sea—que la Segunda Guerra Mundial haya sido el "último vítores" de los samurais.

Mientras que en la actualidad aún continúa algún tipo de concentración de poder, el concepto de responsabilidad está tan avanzado que un gobierno podría caer dentro de los escándalos de corrupción de la década de 1990 — algo que jamás habría sido posible únicamente un siglo antes.


Notas

  1. A veces conocido como x-efficiency, un término inventado por Liebenstein 1978.
  2. Todos estos se encuentran detallados en la inmensa historia económica de Japón de Takekoshi, de 1930 escrita en tres volúmenes.
  3. Takekoshi 1930:3:18.
  4. Grossberg 1981:4.
  5. Takekoshi 1930:1:204.
  6. Takekoshi 1930:2:247.
  7. Takekoshi 1930:2:249ff.
  8. Takekoshi 2:278; Wigmore 1969:121.
  9. Takekoshi 1930:2:280.
  10. Crawcour 1961:351ff.
  11. Crawcour 1961:344.
  12. Wigmore 1969:119ff.
  13. Wigmore 1969:99.
  14. Wigmore 1969:127.
  15. Elizabeth Herr me ayudó con las investigaciones para esta sección.
  16. Tengo escritos más extensos sobre éstos en Powelson 1988:175ff.
  17. Se pueden encontrar los acontecimientos detallados subyacentes a estas observaciones en Grossberg 1981.
  18. Hall 1970:131.
  19. Grossberg 1981:9.
  20. Grossberg 1981:13.
  21. Wigmore 1969:xxii.
  22. Por ejemplo, Ohkawa y Rosovsky 1973; Patrick y Rosovsky 1976.
  23. Ohkawa y Rosovsky 1978:137.
  24. Ohkawa y Rosovsky 1978:143
  25. Hirschmeier 1964:37.
  26. Hirschmeier 1964:43.
  27. Hanley y Yamamura 1977.
  28. La información se encuentra presentada en detalle en Hanley 1983:183ff.
  29. Yasuba 1986:224
  30. Totman 1981:219, citado por E.L. Jones 1988:155.
  31. Jones, E.L. 1988: capítulo 9.
  32. Grossberg 1981:5.
  33. Hall 1970:121.
  34. Takekoshi 1930:2:199.
  35. Takekoshi 1930:3:412.
  36. Hayami y Ruttan 1971:35; Braudel 1981:157.
  37. Hall 1970:201.
  38. Yasuba 1986:217.
  39. Takekoshi 1930:1:211ff.
  40. Hall 1970:122.
  41. Grossberg 1981:10.
  42. Takekoshi 1930:2:238.
  43. Jacobs 1958:30.
  44. Asakawa 1929:193.
  45. Tsuchiya 1937:84.
  46. Jacobs 1958:32. "Para que nadie pudiera dominar a los demás " es mi suposición, y no se encuentra dentro de Jacobs.
  47. Ley citada en Grossberg 1981:35.
  48. Wintersteen 1974:204.
  49. Tsuchiya 1937:135.
  50. Duus 1969:79.
  51. Fairbank, Reischauer y Craig 1978:382.
  52. Takekoshi 1930:1:241.
  53. Davis 1974:236.
  54. Fairbank, Reischauer y Craig 1978:383.
  55. Takekoshi 1930:1:219.
  56. Takekoshi 1930:2:404.
  57. Hall y Takeshi 1977:126.
  58. Takekoshi 1930:1:267.
  59. Takekoshi 1930:2:282.
  60. Fairbank, Reischauer y Craig 1978:505; Ohkawa y Rosovsky 1974:143.
  61. Takekoshi 1930:2:489.
  62. T.C.Smith 1970:160.
  63. Takekoshi 1930:3:42.
  64. Takekoshi 1930:2:546.
  65. Takekoshi 1930:3:253.
  66. Mitsuru 1982:150ff; Powelson 1988: capítulo 15.
  67. Bix 1986: 10.
  68. Takekoshi 1930:3:92; Wigmore 1969:119.
  69. Hall 1970:208.
  70. Takekoshi 1930:2:471.
  71. Takekoshi 1930:2:517.
  72. Takekoshi 1930:3:273.
  73. Fairbank, Reischauer y Craig 1978:547.
  74. Najita 1967; Fairbank, Reischauer y Craig 1978:685ff.
  75. Najita 1967:151-53.

Copyright © 1994 by the University of Michigan. First published in the USA by the University of Michigan Press, 1994.

Published on the World Wide Web by The Quaker Economist with permission from the University of Michigan Press, 2005.

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